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Esta Copa América ha brindado de entrada resultados y actuaciones que sorprendieron a la afición. La primera conclusión es que la paridad es mucho mayor que la que se esperaba.
Esta Copa América ha brindado de entrada resultados y actuaciones que sorprendieron a la afición. La primera conclusión es que la paridad es mucho mayor que la que se esperaba.
Bolivia no solo le empató a Argentina. Estuvo a punto de ganarle. Si Martins le hace el segundo gol cuando los verdes vencían 1 a 0, le asestaba un golpe de K.O.
Brasil no pudo derrotar a Venezuela. Jugó 7 minutos como para golear pero después se quedó y el empate fue muy justo.
Colombia apenas se impuso a Costa Rica 1 a 0 pese a tener un hombre más 60 minutos.
Paraguay y Ecuador igualaron sin goles tras dominar en forma alternada.
El drama para los locales rondó en Santa Fé en la segunda presentación del anfitrión, ya que Colombia debió ganar en forma clara. Solo la falta de jerarquía de dos delanteros cafeteros y la gran actuación del arquero local Romero impidieron la caída de Argentina que recibió una reprimenda tremenda de su público que la abucheó. Hay gran culpa del técnico, quien formó mal el equipo y no generó el entorno adecuado para que Messi se pueda parecer al del Barcelona. Sabía que Tévez no era un compañero ideal, no lo había citado ni lo pensaba hacer, pero le faltó personalidad para soportar la presión de la afición y la prensa especializada y terminó como titular. Jugó muy mal los dos cotejos.
La desolación de Messi fue por demás elocuente. Terminó abrumado.
A muchos los sorprendió el empate de Uruguay ante Perú. No a nosotros. Por un lado porque somos de la idea de que la gran actuación en el Mundial pasado hace que todos nos hayan estudiado minuciosamente y nos conozcan en detalle. Tienen pensado como neutralizar nuestros puntos fuertes y como sacar partido de los débiles.
Por otra parte en los últimos cotejos se notó una merma clara en algunos rendimientos de jugadores que fueron muy importantes en el Mundial. Sobre todo los dos volantes centrales, Diego Pérez y Egidio Arévalo. También en la zona de zagueros. Lugano no estaba jugando bien. Se lesionó Godín, nuestro mejor zaguero, quien se entiende muy bien con el capitán y le cubre sus espaldas gracias a su velocidad y visión de juego. En el arco Muslera hacía rato que no brindaba seguridad.
Perú es dirigido por un técnico muy inteligente, que nos conoce muy bien, S. Markarian por lo que pensábamos que iba a plantear el partido en gran forma. Lo hizo. Frenó a Uruguay, no le permitió desbordar por las bandas y escalonó estupendamente las marcas por la zona central. La idea era contragolpear con velocidad y buena técnica para sacar partido de la lentitud de Lugano y algunos desajustes que se dieron por nuestro sector izquierdo. Lodeiro no es volante mixto. No pesa en la marca. No se entendieron bien Victorino y Cáceres. Solo en los últimos minutos del primer tiempo y en los primeros del segundo, cuando levantó Lodeiro y se juntó con Forlán y Suárez con precisión se vio algo de lo que se esperaba.
Será necesario mejorar lo hecho para vencer a Chile en un partido que será abierto y dará más espacios a quienes pretender jugar en ofensiva.
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