PROTAGONISTAS

Terminaron la escuela abanderadas y no pudieron seguir estudiando, pero cambiaron su propia historia

Las hermanas García estudiaron Medicina con la ayuda del Fondo de Solidaridad. La institución considera que puede peligrar la continuidad de las becas y pide adecuar la normativa.

Cuando era niña, María Esther García (ahora 33) le dijo a su madre que de grande quería ser maestra. Por ese entonces, la respuesta fue la misma que se repitió los años siguientes: “No, no podemos nosotros, porque para eso se necesita plata, se necesita dinero y nosotros somos pobres, no podemos estudiar”, transmite ahora María Esther.

“Es una realidad bastante triste que entre las clases sociales más desfavorecidas no está tan institucionalizado el tema del estudio y demás”, dice. “Mi familia es toda gente humilde, trabajadora, que en realidad no hay muchas personas que hayan estudiado, ni nada”, agrega.

Son del barrio Cementerio de la ciudad de San José, que describe como “uno de los más humildes”. Ni ella ni su hermana, María de los Ángeles (32), fueron al liceo una vez terminada la escuela.

Ambas habían concluido la primaria abanderadas, pero debieron empezar a trabajar. Hasta que un día decidieron hacer el liceo nocturno: ella tenía 17 años y su hermana 16.

“Yo creo que era una cuestión de rebeldía. A mí me dijeron que no podía entonces yo tenía que poder”, dice ahora María Esther.

Terminaron el liceo a los 22 y 23 años y con la beca del Fondo de Solidaridad empezaron a estudiar Medicina en Montevideo.

La diputada colorada María Eugenia Roselló presentó una propuesta para modificar el tope de gasto del Fondo de Solidaridad. Se trata del dinero que tiene para que funcione toda la parte administrativa de la institución y es el porcentaje del 5 por ciento más el adicional.

Con la Rendición de Cuentas del año pasado se aprobó ir reduciendo el adicional, por lo que el tope de gasto sería cada vez menor y desde el Fondo consideran que puede peligrar la continuidad de las becas. Por este motivo, entienden que hay que adecuar la normativa a la decisión que se tomó.

El Fondo de Solidaridad entrega este año 9.000 becas a estudiantes. Casi el 80 por ciento es para estudiantes del interior y el 90 por ciento es la primera generación universitaria de su familia. La mayoría eligen la carrera de Medicina.

“Hicimos el internado en el Hospital de San José. Yo quería hacerlo ahí porque toda la vida me atendí ahí, y estar del otro lado para mí era muy emocionante”, comparte María Esther.

“El apoyo del Fondo fue fundamental, lo tuvimos durante toda la carrera y en el 2016, que fue la inundación más grande que hubo, nuestra casa se inundó y fue una experiencia muy tremenda, porque perdimos todo lo que teníamos en la casa. Al tiempo fue la gente del Fondo de Solidaridad y nos dio un dinero para arreglar la casas que había quedado muy venida a menos. Estábamos inundadas y teníamos que venir igual”, agrega y remarca la importancia de este sostén para poder ser hoy médica.

“Vos podés ser tan doctor como el hijo de un doctor”, remarca.

FONDO DE SOLIDARIDAD 2

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