Sudáfrica se despide el sábado del arzobispo Desmond Tutu, su último gran héroe de la lucha contra el apartheid, en un funeral sin pompa pero cargado de lágrimas y sonrisas.
Sudáfrica lista para brindar una modesta despedida a Desmond Tutu
Sudáfrica se despide el sábado del arzobispo Desmond Tutu, su último gran héroe de la lucha contra el apartheid, en un funeral sin pompa pero cargado de lágrimas y sonrisas.
Conocido por su modestia, Tutu dejó instrucciones para realizar una ceremonia sencilla, con un ataúd barato y pidió donaciones para obras de caridad en lugar ofrendas florales, así como una cremación ecoamigable.
Tutu murió el 26 de diciembre a los 90 años de edad, desatando la tristeza de sus compatriotas y homenajes de líderes mundiales por una vida de lucha contra la injusticia.
La misa de despedida comenzará a las 10H00 (08H00 GMT) en la Catedral de San Jorge de Ciudad del Cabo, donde Tutu fustigó por años al brutal régimen de minoría blanca en Sudáfrica.
La elegía sería presentada por el presidente Cyril Ramaphosa, quien entregará la bandera multicolor de Sudáfrica a la viuda de Tutu, Leah, para recordar la forma en que su esposo definía a la Sudáfrica posterior al apartheid como una "nación arcoiris",
Miles de personas de todo el país desfilaron ante el ataúd de pino adornado de manera sencilla con un puñado de claveles.
Entre los dolientes se esperan amigos cercanos y familiares, miembros del clero y algunos invitados, incluyendo a la expresidenta irlandesa Mary Robinson, quien leerá una oración, y el rey Letsie III del país vecino Lesoto.
El obispo retirado Michael Nuttall, amigo de larga data de Tutu, dará el sermón.
Los dos religiosos desarrollaron una relación estrecha que ilustró para muchos cómo un dirigente blanco podía trabajar bajo un líder negro. Nuttall escribió un libro de memorias titulado "El número dos de Tutu", sobre la amistad entre ambos.
Bajo el apartheid, la minoría blanca de Sudáfrica cimentó su control con un conjunto de leyes basadas en la noción de raza y segregación racial, y la policía cazó a los opositores para matarlos o encarcelarlos.
Con Nelson Mandela y otros dirigentes encarcelados, Tutu se convirtió en el símbolo de la lucha contra el sistema en los años 1970.
Vestido con su sotana púrpura, hizo campaña internacional y criticó a Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y otros países por no sancionar al régimen del apartheid.
En su país, usó su púlpito para criticar la violencia policial contra los negros, incluidos los tiroteos contra estudiantes durante el alzamiento de 1976 en Soweto. Su condición de religioso lo salvó de ir a prisión.
La ministra y activista contra el apartheid Patricia De Lille recordó las muchas protestas encabezadas por Tutu, cuya presencia describió como un escudo invisible.
"Sabíamos que cuando el arzobispo encabezaba la marcha, se reducían las posibilidades de que la policía lanzara gases o disparara porque le tenían miedo", contó.
Tras el fin del apartheid, Tutu presidió una Comisión de Verdad y Reconciliación que expuso en detalle los horrores del pesado.
Posteriormente se pronunció abiertamente contra el gobernante partido Congreso Nacional Africano por actos de corrupción, incompetencia y su incapacidad de enfrentar la epidemia del sida.
La firmeza moral y pasión de Tutu iban acompañados del humor a expensas de sí mismo y su estruendosa risa.
"Un día estaba en San Francisco, en las mías como suelo estar, cuando llegó una señora muy efusiva", recordó en un discurso en 2008.
"Fue muy cálida cuando me saludó y me dijo 'hola arzobispo Mandela'. Fue como llevar dos por el precio de uno", bromeó.
Para su funeral, Tutu escogió una cita del Evangelio de San Juan cuando Jesús se dirigió a sus discípulos después de la última cena.
El texto dice: "os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros como yo os he amado".
ger-sn/ri/mas/gm
FUENTE: AFP
Dejá tu comentario