Se cumplen 18 años de la muerte de Gilda y fans piden monumento

    Reclaman que tenga un monumento en el cementerio de la Chacarita de Buenos Aires y que se tomen medidas para que deje de inundarse el santuario de la ruta.

     

    Seguidores de la popular cantante argentina de cumbia Gilda, que triunfó en Chile, Perú y Bolivia, reclaman un reconocimiento a 18 años de la muerte de su ídola, a la que consideran una suerte de santa profana, dijo este sábado su biógrafo.

    "A 18 años de su muerte, está pasando lo mismo que le pasó en vida: le faltan el respeto. Por desidia o por burocracia. A la hora de bailarla están todos pero cuando hay que mover un dedo, no", dijo a la AFP el escritor y periodista Alejandro Margulis.

    Como cada 7 de septiembre, los fans de Gilda se reunirán este domingo para rendir tributo a la autora de decenas de éxitos como "No me arrepiento de este amor" y "Fuiste", entre otros.

    Algunos lo harán en el cementerio público de la Chacarita de Buenos Aires, donde están sus restos, y otros en un altar instalado a la vera de la ruta en Villa Paranacito, 130 km al norte, donde perdió la vida en un accidente vial, a los 35 años, en 1996.

    Los seguidores reclaman que su ídola tenga un monumento en el cementerio y que se tomen medidas para que deje de inundarse el santuario de la ruta, explicó Margulis, autor del libro editado en 2012 "Gilda, la abanderada de la bailanta", como ella misma quería ser recordada.

    La expresión alude a la mítica Eva Perón, considerada la "abanderada de los humildes", que murió de cáncer a los 33 años, en 1952.
    El nombre de Gilda era Mirian Bianchi pero en su casa le decían Shyll, lo que daría paso a su nombre artístico.

    Nacida el 11 de octubre de 1961 en un hogar porteño de clase media, se crió muy alejada del ambiente popular de la cumbia y la bailanta, música que no le gustaba.

    Con casi 30 años, descubrió su pasión por la música e inició un nuevo rumbo que hizo estallar su matrimonio con el empresario Raúl Cagnin, con quien tuvo dos hijos, Mariel y Fabricio.

    Venerada en varios países de Sudamérica, en su corta pero intensa carrera de cantante y compositora, grabó cinco discos, y llegó a vender más de un millón de copias en Bolivia, donde actuó en varias ocasiones, al igual que en Perú.

    Roqueros y músicos pop hicieron diversas versiones de sus temas.

    En el accidente en el que murió, también perdieron la vida su madre y su hija, además de tres músicos y el chofer del minibus en el que viajaban.

    AFP

    Foto: Tapa del álbum Corazón Valiente

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