¿Quién es Tróccoli, el exmilitar juzgado en Italia por el Plan Cóndor?

Fue absuelto este martes en Italia y podrá seguir viviendo allí, como desde hace más de 10 años. Qué delitos se le imputaron.

Este martes la justicia italiana tomó una trascendente decisión sobre el caso que involucra a 14 militares uruguayos por su participación en el Plan Cóndor, que en los años 70 coordinó la acción represiva de las dictaduras de Argentina, Paraguay, Chile, Brasil, Bolivia, Perú y Uruguay.

¿Por qué Roma juzga a estos militares? Por la supuesta participación de éstos en la muerte y desaparición de varios ciudadanos italianos durante los años de la llamada "guerra sucia".

De los 14 militares uruguayos, solo uno se encuentra en Roma. El eventual encarcelamiento de Jorge Tróccoli sería un evento de fuerte simbolismo. Pero finalmente no ocurrió.

Jorge Néstor Troccóli nació en Montevideo el 20 de marzo de 1947. Es uno de los 146 militares sudamericanos que en principio formaron parte de la causa italiana.

En la depuración algunos fueron desestimados, otros murieron sin haber hecho frente a su responsabilidad. Actualmente la lista la conforman 27 exrepresores: dos bolivianos, siete chilenos, 14 uruguayos y cuatro peruanos.

La lista de los uruguayos está conformada por Jorge Alberto Silveira, Ernesto Avelino Ramas, Ricardo José Medina, Gilberto Valentín Vásquez Bisio, Luis Alfredo Maurente, José Felipe Sande, José Horacio Gavazzo, José Rica Arab, Juan Carlos Larcebeau, Ernesto Soca, Juan Carlos Blanco, Ricardo Eliseo Chávez Domínguez y Pedro Antonio Mato Narbondo.

De todos ellos, Tróccoli es el único que podía ir preso en Italia porque vive allí y se hizo presente en el juicio. En su caso, se le responsabiliza del destino de siete ciudadanos italianos.

 

¿Quién es este hombre? Su nombre no suena entre los represores más destacados como José Nino Gavazzo. Tampoco alcanza altas responsabilidades ya que dejó la Armada en 1992 a medio camino en el largo espinel de la oficialidad.

Integró los cuadros de Fusileros Navales, un grupo de la Armada Nacional creado en los años de represión por el contralmirante Guillermo Fernández, uno de los jerarcas de la dictadura de más alto perfil.

Troccoli se especializó en tareas de inteligencia e interrogatorios dentro del recinto SII de la Armada.

Las actividades del joven agente en Buenos Aires son las que interesan particularmente a la justicia italiana. Se le responsabiliza de la tortura y desaparición de ítalo-uruguayos, sindicalistas y miembros de los grupos GAU.

Todos ellos fueron detenidos y llevados al "Pozo de Banfield", y luego al Fusna en Montevideo. En el operativo bonaerense una bebé salvó de milagro su vida y fue recuperada de inmediato por su familia materna en Uruguay.

Tróccoli ha negado una y otra vez haber actuado en este y otros casos.

Pero su participación en torturas fue denunciada por Daniel Rey Piuma, entonces un joven cabo de 19 años que se encargaba de tomar huellas digitales y asistir a los torturadores.

Rey Piuma fue perito de inteligencia de la Armada y era simpatizante del MLN. Su hermana Alicia Rey fue cabecilla de los tupamaros y compañera de Héctor Amodio Pérez. Juntos entregaron en 1973 el esquema organizativo de la guerrilla y huyeron de Uruguay.

En España, con nuevas identidades -otorgadas por la dictadura-  tuvieron un hijo.

El suboficial Rey eligió otro camino. También huyó del país vía Brasil, pero con el cometido de denunciar a los represores.

Acopió todo el material que pudo y abandonó el país para denunciar lo que estaba pasando en foros internacionales. Rey Piuma murió en 2016 en Rotterdam, Holanda.

En 1977, Tróccoli era un joven teniente. Su defensa no niega que haya estado en operativos, pero alega "obediencia debida": no podía hacer nada frente a las decisiones de sus superiores.

Sin embargo, la justicia tiene en cuenta lo que él mismo contó en su libro, "La ira de Leviatán", una tesis de licenciatura en Antropología escrita en 1998.

Troccoli denomina lo ocurrido como "política de desaparición en acuerdo con la orden del Ejecutivo Argentino de aniquilar la guerrilla ".

Los exfuncionarios de la dictadura se sentían amparados por la ley de amnistía de 1985.

Pero la publicación del material puso el foco sobre el exmilitar, que por entonces intentaba pasar desaparecibido en el ambiente progresista de la Facultad de Humanidades.

Tróccoli había dejado las Fuerzas Armadas en 1992 con el grado de Capitán.

Sus confesiones de parte dejaron expuesta una vida anónima: se había casado con una profesora de inglés, era padre de dos niños e intentaba especializarse en Ciencias del Comportamiento Humano.

En noviembre del 2002, obtuvo el pasaporte italiano, apelando al bisabuelo Pedro Tróccoli -también marino y condecorado en su país- quien se instaló en Uruguay en 1880.

En 2007 fue ubicado en Italia y comienza el proceso de indagatoria que este martes tuvo una primera definición.

Uruguay pidió su extradición en 2008, pero el trámite se vio frustrado por un error en la gestión del embajador de entonces, Carlos Abín. Presentó los papeles fuera de plazo y Tróccoli evitó responsabilidades una vez más.

El vocero de Madres y Familiares Detenidos Desaparecidos Nilo Patiño dijo a La Diaria que un fallo que establezca prisión para Tróccoli sería una "bofetada" para la justicia uruguaya. No ocurrió.

ACUSADO. A Tróccoli se le acusa de ser partícipe del operativo desarrollado el 21 de diciembre de 1977 en Lavalle al 1494, en Buenos Aires.

Allí estaban Alfredo Bosco y la pareja conformada por los ítalo-uruguayos Ileana Sara Maria Garcia Ramos y Edmundo Sabino Dosetti Techeira junto a la pequeña Soledad.

Las fuerzas represivas toman el departamento como "ratonera" a la espera de la detención de otros militantes que solían frecuentar el lugar.

En esos operativos cayeron Yolanda Ghelpi y su marido Julio Cesar Pallares, también ítalo-uruguayos.

En la Nochebuena de 1977 ya resultaron inubicables . Lo mismo que Edgardo Borelli Cattaneo y Raúl Gambaro. Eran también ciudadanos italianos y afiliados a la corriente anarquista GAU de Montevideo.

Por entonces, GAU y PVP eran sectores políticos que se habían refugiado en Buenos Aires tras la derrota militar de de los tupamaros. Allí habían realizado secuestros extorsivos para financiar su actividad clandestina. Las Fuerzas Conjuntas -militares y policías asociados- viajaron a Buenos Aires para exterminar cualquier intento de reactivación de la guerrilla post-tupamara.

Los detenidos de Lavalle estaban solicitando amparo de Naciones Unidas cuando fueron detenidos. Soledad, hija de Techeira y García Ramos, de 7 meses, fue arrancada de sus padres.

Investigaciones posteriores permitieron saber que la valiente acción del portero del edificio salvó la vida de la niña.

Los represores dejaron a Soledad con el portero, Fausto Humberto Bucchi, con la advertencia de que volverían por ella.

Pero Bucchi hizo la denuncia policial y se aseguró que la abuela uruguaya, Olga Ramos, viajara a Buenos Aires para recuperarla de inmediato. La mujer, desconfiada de la policía y la justicia, escapó con la bebé y regresó a Uruguay.

La sobreviviente Soledad Dosetti, hoy de 38 años, se encuentra a la espera del procesamiento de Tróccoli en Italia.

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