Hay reglas, hay desgaste físico, ayuda a no pensar. El boxeo, para quienes lo practican, es ejercicio y terapia. Es desahogo. Para Alexis Tardagui, privado de libertad en Santiago Vázquez, es una forma de sacarse el estrés, la ansiedad.
Presos trabajaron para crear un gimnasio en cárcel Santiago Vázquez y tienen jornadas de boxeo
El espacio fue inaugurado este lunes. Alexis Tardagui, uno de los presos que tuvo la iniciativa junto a Paolo Baccino e Ismael Denis, cuenta cómo fue el proceso.
Alexis, junto a Paolo Baccino e Ismael Denis, trabajaron en la creación de un gimnasio en el ex-Comcar, donde organizan veladas de boxeo. El espacio fue inaugurado este lunes.
Para crear el gimnasio, recibieron donaciones tanto de la institución, como de las familias. “Y después voluntad”, dice Alexis, que hace siete meses está preso por un delito de lesiones, y le queda un año y medio por cumplir.
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“El boxeo es un arte para mí. Es un descargo, es una armonía para el cuerpo. Es una vitamina, es algo que uno después que lo practica, lo necesita para vivir. No tenés tiempo de ocio y es una terapia. Es algo impagable. Hay que estar acá para saber lo que es”, comparte el hombre, que nunca practicó de forma profesional, pero que ya tiene experiencia con el deporte.
Jonathan de los Santos es boxeador y acompaña a privados de libertad en el proyecto. En su mirada, el deporte puede ayudar “a sacar el ocio malo que genera todo esto, porque sino es todo muy trancado, muy difícil”. Estuvo preso entre 2010 y 2013 y ahora tiene un gimnasio.
“Esto es una disciplina bárbara. Entrenás acá y creo que no te debe dar ganas de nada después”, sostiene Jonathan.
Griselda Morillas es la madre de Alexis y cuenta que siente felicidad por ver a su hijo: “Que a pesar de que esté acá adentro, haga todo lo posible para superarse y ayudar a los compañeros”.
Para ella, que su hijo esté preso es “cosa del destino” y cree que lo que puede hacer como madre es “acompañarlo, siempre estar con él, en lo bueno y en lo malo, porque para algo somos las mamás. Pase lo que pase, jamás va a estar solo”.
“El corazón de él sigue siendo noble y bueno y nunca se le endureció”, sostiene. Lo más difícil, para ella, son los nervios de saber cada día si estará bien.
Alexis, por su parte, cree que lo más difícil en la cárcel es encontrar el espacio de cada uno, “y buscar la tranquilidad”. Para él, eso se lo dio tener una rutina, y el gimnasio.
“Después que encontrás la rutina, el día a día es mucho más fácil”, dice. Alexis se levanta para salir a trabajar “en comisión”, que en su caso es el gimnasio, regresa, se alimenta, toma mate y descansa para empezar de nuevo. “Si encontrás ese objetivo que es estar en rutina y armonía, la llevás”, cuenta y asegura que ya no vive con miedo.
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