Pekín y su ciudad paralela olímpica dentro de una burbuja

Desde la entrada del hotel se ve el cartel de un supermercado. Se encuentra apenas dos metros detrás de una valla verde que te impide salir. Imposible saltarse la burbuja olímpica.

Desde la entrada del hotel se ve el cartel de un supermercado. Se encuentra apenas dos metros detrás de una valla verde que te impide salir. Imposible saltarse la burbuja olímpica.

Una valla envuelve y rodea la entrada de este hotel de periodistas enviados a cubrir los Juegos de Olímpicos de invierno Pekín-2022.

Varios guardias de seguridad abren y cierran la entrada de ese círculo verde vallado que te impide conectar con la realidad cotidiana de la ciudad.

En el recorrido de apenas un kilómetro que separa el hotel del centro de prensa, se erige imponente el edificio del Museo del Partido Comunista de China. Imposible visitarlo. Periodistas, dirigentes y deportistas deben permanecer durante toda la duración de los Juegos en una burbuja olímpica que les separa del mundo exterior.

La pandemia del covid ha generado esta medida de protección de las autoridades chinas. Y nada más terminar los Juegos, imposible quedarse en Pekín. De vuelta a casa lo más pronto posible.

- Test PCR diarios -

Para entrar en China, obligatorio hacer dos test anticovid PCR, 96 y 72 horas antes del vuelo.

Al llegar al aeropuerto de Pekín un nuevo test PCR. Hasta que no llegara el resultado no tenías permiso de salir de tu habitación de hotel. Y hasta el final de los Juegos, dos kioscos a la entrada del establecimiento te recuerdan que tienes que someterte a un test PCR diario hasta el final del evento.

Los encargados de las pruebas, protegidos por combinaciones, gafas y guantes, sacan sus manos a través de dos minúsculas ventanillas redondas para tomarte la muestra.

Todo un mundo paralelo al de la ciudad china para que se puedan disputar los Juegos. Si no fuera por el evento olímpico sería necesario una cuarentena de varias semanas tras entrar en China.

Si en los Juegos de Tokio de verano, hace medio año, los test PCR eran cada dos días al principio y luego cada cuatro, y dentro una vigilancia menos estricta la cuarentena terminaba tras dos semanas, China quiere alejar cualquier posibilidad de recuperar cifras preocupantes en la pandemia.

Las mismas medidas se aplican en los otros dos sitios olímpicos, Zhangjiakou (200 km al norte de Pekín) y en Yanqing (80 km al norte de la capital).

Los casi 60.000 habitantes de estos sitios olímpicos, entre ellos 3.000 deportistas, solo verán de China un hotel, los lugares de competición y las calles que surjan en el trayecto en bus entre estos lugares.

Olvídense de la Muralla China, la Plaza Tiananmen o la Ciudad Prohibida.

Cada dos horas, el personal del hotel inunda literalmente el suelo del lobby, los pasillos y los ascensores de un producto desinfectante.

Todos estos trabajadores chinos, que tampoco pueden salir de la burbuja olímpica, deberán respetar una cuarentena de 21 días, aislados en su habitación, una vez que terminen los Juegos, según cuenta uno de ellos.

- Cuarentenas estrictas -

Todos los trabajadores de los Juegos y los 20.000 voluntarios deberán someterse a esa drástica medida.

En los espacios de restauración, robots sirven café, refrescos o llevan los platos a la mesa de los visitantes.

Cubos de basura robotizados, con ruedas, circulan a tu lado una vez terminado su jornada.

Algunos trabajadores y voluntarios deberán respetar esos 21 días después del final de los Juegos Paralímpicos, el 13 de marzo.

"Trabajo ocho horas por día en el servicio de transportes y después debo meterme en el albergue que se me ha asignado y aprovecho para estudiar", explica este estudiante de 24 años a la AFP, que no desea dar su nombre.

Los Juegos Olímpicos son siempre un evento aparte, pero esta vez son también un mundo aparte.

psr-ep/iga

FUENTE: AFP

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