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Padre del empresario asesinado en Maldonado, principal sospechoso
Pasó de testigo a detenido en pocas horas. Su versión no coincide con las pericias. El pasado delictivo de Omar Blasi, de 83 años.
Omar Blasi, padre del empresario asesinado de cuatro disparos, pasó de testigo, a indagado y de indagado a detenido como principal sospechoso del crimen de su hijo, Alejandro, informaron a Subrayado fuentes de la Policía de Maldonado.
Esta mañana fue interrogado luego de haber sufrido una descompensación en los momentos posteriores al crimen. Su versión no coincide con las pericias.
Hasta el momento la jueza de Maldonado Patricia Borges no ha podido comprobar otra presencia en la escena. Blasi declaró en principio que alguien ingresó por la puerta de atrás del auto en el que estaban él y su hijo. Y que desde allí vinieron los disparos. Las primeras pericias indican que los disparos fueron realizados desde el asiento del acompañante. El arma -que era propiedad de la víctima- fue encontrada a cinco metros del cadáver.
Recibió cuatro impactos de bala, todos con el arma calibre 357. Uno de los disparos fue directo al cráneo, dos en el tórax y un cuarto disparo en el maxilar. Éste último fue el único que tenía orificio de salida.
Al momento de su muerte, Alejandro Blasi, de 48 años, se encontraba en su camioneta en un depósito de su propiedad, al norte de Maldonado. Estaba acompañado de su padre, Omar, de 83 años, cuando recibió los impactos de bala.
Blasi era comerciante y agente inmobiliario. Además, tenía otros comercios (entre ellos juegos de agua en la Parada 12 de la Mansa) y era jugador de poker. Maldonado Noticias informó que oficiaba como prestamista de algunos jugadores. Residía en un conocido edificio de la Barra de Maldonado y según el diario El País era reconocido “por su pulcritud y orden”.
Estaba separado de su esposa y era padre de tres hijos. Junto a su padre gerenció los supermercados SuperUsa, pero luego la familia decidió vender el negocio para dedicarse a la compra-venta de bienes inmuebles.
¿Qué pasó en el depósito? La hipótesis del robo fue rápidamente descartada por la Policía, pues ambos venían de cobrar un dinero y en la camioneta se encontraron 30.000 pesos, U$S 2.000 dólares y 400 pesos argentinos.
Por su parte, ayer se conoció que Blasi padre es un hombre con antecedentes penales. A mediados de los años 60 robó dinero del Banco Comercial, el lugar donde trabajaba como cajero. El día de la sustracción, Blasi salió del banco con un portafolio lleno de billetes.
El portero del Comercial era “Pitongo” García, otrora famoso jugador de Cerro. Esa tarde, casi al pasar, le preguntó al cajero Blasi si se llevaba trabajo para la casa y éste le respondió con ironía: “Me llevo toda la guita, gallego gil”.
La broma escondía una verdad que se supo unas pocas horas después cuando Blasi no fue a trabajar al otro día y se entregó mansamente a las autoridades unas horas después.
Se trató de un riesgo absolutamente calculado. Estuvo 16 meses preso por ese delito y el dinero nunca apareció. Adquirió bienes (le compró una casa a sus padres en el Buceo) y cimentó su posterior carrera como empresario. Renunció a los delitos violentos pero no a transgredir las leyes. Posteriormente fue procesado por defraudación tributaria, pero gracias a sus buenos contactos fue recluido en una comisaría por poco tiempo.
LIBERAIJ. Simetrías del tiempo o simples casualidades, la historia de Blasi padre se cuenta como parte del libro “Liberaij” recientemente publicado por el periodista Leonardo Haberkorn.
Aunque parezca increíble, casi 50 años después su nombre vuelve a resurgir en las páginas policiales. Aquellas anécdotas, cobran hoy un nuevo significado.
En 1965, el hoy detenido fue protagonista lateral del famoso episodio delictivo que tuvo como eje el edificio de la calle Julio Herrera y Obes 1182.
Casualmente Blasi cenaba una noche con su amigo Pedro Glasser, cuando éste y un contrabandista amigo le presentaron a tres ladrones argentinos. En ese momento eran buscados por la muerte de un policía.
Querían que él les diera refugio por un tiempo. Según dijo, al final fue otro quien los ayudó a esconderse.
Sin embargo, estuvo cerca de los “porteños del Liberaij”, los hombres que se balearon por 16 horas con la Policía antes de ser acribillados
La peripecia del trío -con licencias literarias diversas- es el eje de la novela "Plata Quemada", escrita por Ricardo Piglia en 1997, y de la película del mismo nombre protagonizada por Leonardo Sbaraglia y Pablo Echarri.
Blasi fue un cómplice, un actor de reparto en la historia. Pero en el libro de Haberkorn cuenta en primera persona una anécdota significativa. Cuando ya la cena estaba por terminar, y se había acordado algún tipo de colaboración, uno de los porteños del Liberaij se acercó a la cuna del hijo del dueño de casa.
Sacó unos fajos de dinero y a manera de adelanto intentó dejarle plata debajo del colchón.
El bebé era nada menos que Alejandro Blasi, el hombre cuyo asesinato es investigado.
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