Nueva moda en NY: disecan ratones, les hacen ropa y los venden

"Dejamos el cráneo, los huesos de las piernas y de los brazos. Todo lo demás debe salir", ordena la profesora a sus alumnos. "No hay nada asqueroso. No va a brotar sangre u otra cosa", asegura. Mientras tanto, los jóvenes diseñadores eligen los accesorios que acompañarán a los pequeños roedores, como ropa o muebles de muñecas.

Por si a alguno le quedara un poco de pena por estos animalitos, la profesora aclara que fueron salvados de un destino mucho peor pues cuando las compró "iban a servir de alimento para lagartos y serpientes".

Algunos de los alumnos pinchan de manera tímida al frío ratón, mientras que otros introducen el bisturí desde la columna hasta la cola, para preparar la extracción de los órganos y convertir el cuerpo en "una bolsa de ratón". Cuando ese paso está hecho, lo siguiente es rociarlo con un poderoso conservante. A partir de entonces lo que sigue es dejar lugar a la imaginación.

En el taller del Jeiven hay quienes pensaban a sus criaturas en pose intelectual y otros que los mostraban como cantantes de música country, con guitarra incluida.