Si bien la dirección del Hospital Pereira Rossell aún no ha resuelto en qué invertirá la donación del matrimonio de Diego Godín y Sofía Herrera, destacan que lo importante, más allá del dinero, es el gesto. Desde un monitor a un ecógrafo, todo viene bien para que la mayor maternidad del país siga creciendo.
Neonatología del Pereira, así es por dentro el CTI que recibirá la donación de Godín y su esposa
El servicio de recién nacidos del hospital tiene unas 150 áreas prenatales. Prematurez o defectos congénitos, las principales causas de ingreso al CTI.
En el CTI de Neonatología, donde están los bebés que necesitan mayores cuidados, un cuadro con una oreja indica los decibeles en el área. Lo llaman el orejómetro. Es que los monitores suenan constantemente, y muchas veces, sin querer, se habla fuerte, entonces la oreja en rojo indica que hay que bajar.
Un papá controla el monitor, mira a su bebé en la incubadora, le habla y acaricia. Es que ahí, padres y madres entran a cualquier hora, no son visita, y se les enseña a ser parte del equipo de atención al recién nacido.
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Diego Godín es padrino de esta área desde el año pasado y en su boda en vez de recibir regalos, resolvió donar.
En el Pereira Rossell nace un promedio de 6.400 niños por año, y el 12% de ellos requiere algún cuidado especial. Es que la prematurez es la primera causa de mortalidad en los niños menores de cinco años en el mundo, pero el acceso a la atención de salud y cuidados médicos aumentan sus posibilidades de supervivencia.
Con más de 30 años de trabajo y docencia en el área neonatológica, el doctor Daniel Borbonet asegura que, además de los adelantos tecnológicos, la clave está en el personal.
Buen clima laboral y estrecho relacionamiento con la familia de los bebés, son para Borbonet, aspectos primordiales.
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