"Napoleón era un inepto en cuanto a las relaciones sexuales"

Un historiador británico sostiene que el emperador era una cosa en el campo de batalla y otra en la cama-

Que Napoléon fue un conquistador lo sabe todo el mundo. Pero al parecer el pequeño gran militar y estadista no la pasaba bien fuera de los campos de batalla.

Por lo que se sabe, amaba con locura a su esposa, Josefina Beauharmais, a tal punto que la pareja ha sido un listón altisimo en la historia de las parejas francesas.

Sin embargo, una investigación deja en evidencia que Bonaparte no tenía los mismos recursos estratégicos a la hora de tener sexo con Josefina.

Mientras él libraba grandes batallas para la historia ella tenía varios compañeros sexuales, según contó el historiador británico Andrew Roberts.
La pareja contrajo matrimonio en 1796 y se divorció en 1810 sin hijos.

Roberts investigó la correspondencia entre ambos y de allí sacó la conclusión que el “petit empereur” era un inepto en la cama, según informa ABC.es

Las declaraciones del experto serán divulgadas en un documental de la BBC. Allí se muestra a Napoléon como un “amante vulnerable y necesitado” cuya inexperiencia hizo que Josefina evitara tener relaciones sexuales con él.

De hecho, ella -que era 6 años mayor que su marido- buscaba amantes muy jóvenes.

“La historia nos quiere hacer creer que la relación entre Napoleón y Josefina estaba a la altura de la de Romeo y Julieta. ¡Tonterías! Napoleón es acusado de ser un monstruo y un megalómano, pero al leer las cartas que enviaba a su mujer se puede ver que, con ella, sucedía todo lo contrario. En ellas no hay confianza, Son las cartas de alguién obsesionado por saber si Josefina le amaba y le estaba siendo fiel, si era o no atractivo para ella. Le llegaba a escribir tres veces al día haciéndole estas preguntas”, señala el historiador en declaraciones recogidas por el «Daily Mail».

En una carta enviada el 3 de abril de 1796 Bonaparte dejó constancia de que le horrorizaba la idea de que Josefina le engañase.

En palabras del historiador, tampoco ayudó a calmar los celos de Napoleón el que su mujer no respondiese usualmente a sus cartas. Napoleón, en cambio, le escribía entre una y tres cartas al día.

“¿Ya me has olvidado? ¿O es que sabes que no hay mayor tormento que no recibir una carta de mi dulce amor?”, le garabateó en una ocasión.

 

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