Mujica pidió "sentidas disculpas" públicas a CFK por sus dichos

Dijo que en su pasado guerrillero incorporó el lenguaje típico de la cárcel donde reinan los sobrenombres. Pese a retractarse reconoció: "calavera no chilla".

 

Seis días después de sus polémicas declaraciones sobre la presidente Cristina Fernández (“Esta vieja es peor que el tuerto”), el presidente José Mujica pidió perdón públicamente. 

"Debo pedir sentidas disculpas a quienes pude lastimar por mis dichos", dijo hoy en su audición radial de M24.

El presidente comenzó haciendo referencia a su pasado guerrillero y a las peripecias de la vida en un calabozo. Contó que mediante “esfuerzo y disciplina” pudo reprogramar su sistema mental para no ser capaz de retener ni siquiera un número telefónico, y así no correr el riesgo de revelarlo en un interrogatorio.

Pero dijo también que de aquellos años le quedaron otras tantas cosas, como la forma de caminar y la de expresarse. A esto hay que agregar el origen, dijo el presidente. “Vengo de los barrios pobres, mis amigos, de gurises, andaban en zapatillas, casi no tenían juguetes”, recordó.

“A resultas de todo esto no podemos evitar nuestro habar corriente, intimo. Nuestro lenguaje por momentos es reo, áspero... Diría, francamente canero”. 

Mujica recordó que durante los años que estuvo preso tuvo que cultivar un lenguaje “para cuarteles que está a leguas del discurso público” e “inevitablemente arrastra en sus modismos nuestra propia historieta”.

“Ese lenguaje, en la intimidad, quedó grabado para siempre, porque hubo que ser mordaz, burlesco, con nosotros mismos, para poder hacer del dolor una sonrisa cáustica que ayudaba a sobrevivir”.

Desde entonces reinan entre nosotros los sobrenombres ( “mono”, “camello”, “lagarto”, “tuerto”, “rengo”, etc)  y también la tendencia en ese chamuyo de dos o tres. La exageración como contracara del vacío existencial que nos tocaba vivir”.

Mujica dijo que eso, “más que lenguaje es chamuyo, un decir entre pocos, casi susurrando, donde lo que importa es la finalidad, finaliadad un tanto conspirativa. No importa la verdad absoluta”, aclaró. “Es un lenguaje canero de resistencia. Es un lenguaje herramienta y no causa, que juega para los íntimos y que no puede encajar jamás con el lenguaje de la libertad de prensa y el discurso publico que cultiva otros fines”.

“El hecho real es que una vez que ha sido violentada la intimidad por el juego del mercado, no tengo otro camino, porque todo esto que estoy relatando lo pueden entender muy pocos, los que vivieron este tipo de peripecias. Debo pedir sentidas disculpas a quienes pude lastimar en estos días por mis dichos, y sobre todo que son como nosotros integrantes del sueño de patria grande y federal".

El presidente siguió remarcando la importancia de sostener una buena relación con la República Argentina y dijo que en su memoria el vecino país “nunca tuvo gobiernos que hicieran tanto por los postergados”

“Sé que está lloviendo y el agua a la larga se lleva todo”, comentó el mandatario aunque reconoció: “como decíamos antiguamente en los barrios `Calavera no chilla´”.

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