Los restos de Artigas ya están en el regimiento de Blandengues

El presidente suspendió su participación en la ceremonia que recordó los 161 años de fallecimiento del prócer y que sirvió para el traslado provisorio de sus restos.

 

En Plaza Independencia se realizó la ceremonia de homenaje a los 161 años del fallecimiento de José Artigas y luego se hizo el traslado de sus restos al regimiento Blandengues de Artigas de Caballería número uno.

El traslado es provisorio y se realizó porque el mausoleo de la Plaza Independencia será reacondicionado. Además, en el regimiento de Blandengues se restaurará la urna en la que se conservan los restos del prócer.

Posteriormente, y mientras no se terminen las obras del mausoleo, los restos serán trasladados al Palacio Legislativo.

Hubo un fuerte dispositivo de seguridad en la plaza, por lo que el público y la prensa quedaron a una distancia importante del Mausoleo y de las autoridades que se hicieron presentes. En representación del presidente estuvo el secretario de Presidencia, Alberto Breccia.

La ceremonia consistió en la lectura del decreto que autoriza el traslado de los restos de Artigas, además de la colocación de ofrendas florales al pie del monumento al prócer y la ejecución del himno nacional por parte de una banda militar.

La urna con los restos fue retirada por una Guardia de Honor y luego fue trasladada al regimiento Blandengues de Artigas de Caballería número uno, que cumple funciones de escolta al presidente de la República y cuyos miembros constituyen la guardia de honor.

Los restos permanecían en el mausoleo desde el año 77

 

BLANDENGUES EFECTUARON QUEMA DE PABELLONES NACIONALES

Este viernes por la mañana, en el regimiento de Blandengues, donde ahora descansan los restos de José Artigas, se realizó la tradicional ceremonia de quema de pabellones. 

Según explicó el coronel Daniel Pérez, todas las instituciones de Montevideo envían allí sus pabellones deteriorados y en desuso para que se realice la quema.

Como se recibieron más de 650 pabellones, se realizó una ceremonia simbólica de la quema por la mañana y durante el resto del día se siguió con la tarea, para que cuando se oculta el sol los restos de los pabellones se lleven a enterrar en un lugar especialmente dispuesto para ello.

El criterio para establecer cuándo la bandera debe ser sustituida es que mientras el desgaste no llegue al sol y pueda flamear, el pabellón está vigente.

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