Las últimas horas de Santa Gladys Lemos, según el fallo

En la autopsia se detectó lidocaína y atropina, contraindicados para su patología. Pereira admitió que hizo esa maniobra "numerosas veces"

El fallo judicial describe cómo fueron las últimas horas de Santa Gladys Lemos Ibáñez, la última mujer asesinada por el enfermero Marcelo Pereira.

Dice el documento que el 12 de marzo, Santa Gladys se encontraba internada a raíz de una "convulsión de origen metabólico por hipoglicemia", y tenía indicado "un régimen de comidas blando, de diabético,  omeprazol e insulina", además de controles en Policlínica de Nefrología.

Pero antes de que se retirara del Maciel, la mujer hizo una crisis que motivó su derivación a la Unidad Coronaria.

En ese momento, dice el fallo, comenzó a ser atendida por Marcelo Pereira, y esa es la razón por la que no fue reconocido por las hijas de la mujer fallecida.

El siguiente es el relato que hizo Pereira ante el juez: "A esta señora la fui a controlar y estaba schocada. Schocada significa que puede estar con hipotensión importante. Esta señora estaba con trabaho respiratorio. Traté de comunicarme con ella, quería saber si estaba ubicada en tiempo y espacio, que no lo estaba. Yo quería saber la fuerza de los miembros superiores e inferiores. Tenía un déficit del lado derecho y estaba con una afasia de expresión. Ella decía que tenía 19 años. Entonces le administré una ampolla de morfina, no con el fin de matarla, sino con el fin de sedarla. La señora se deprimió, hizo un paro respiratorio, no un paro cardíaco, sino un paro respiratorio. No recuerdo bien, pero yo sentí un ronquido. Después de que yo le administré la morfina seguí la ronda de controles y me fui a controlar otros pacientes...".

Según el fallo, luego de esto buscó al médico y la nurse para realizar la reanimación, maniobra en la cual participó, pero "no dijo que le había inyectado morfina".

La autopsia ordenada por la Justicia, dice el fallo, estableció que "del análisis de la historia clínica, los planteos diagnósticos y tratamientos médicos instaurados fueron adecuados. Constatándose en la autopsia la presencia de trombos a nivel de vasos pulmonares lo cual es concordante con el planteo de tromboembolismo pulmonar". Aunque esos hallazgos podían coincidir con una muerte de causa natural, los resultados toxicológicos detectaron la presencia de: lidocaína y atropina. "La primera sustancia era contraindicada para la patología de la señora Lemos, y no fue aplicada por el médico al realizar la medicación" señala el fallo.

Pereira admitió que esa maniobra la realizó "numerosas veces", dijo no recordar cuántas y admitió haberla realizado en el Centro Neuroquirúrgico de la Asociación Española.

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