Varios dirigentes del Partido Nacional habían empezado a diseñar la estrategia política que la colectividad debía desplegar a partir de este año. El objetivo era empezar de a poco y apretar el acelerador en 2012. Para eso, la idea era tomar como ejemplo la acción política que desarrollaba la izquierda cuando era oposición… recorrer el país: “los pueblo a pueblo” de Tabaré Vázquez. ¿Qué se buscaba? Hacer hincapié en los puntos débiles que –a su juicio- tiene el gobierno, pero –sobre todo- llegarle a todo el espectro electoral posible.
Las manos de Bordaberry
Varios dirigentes del Partido Nacional habían empezado a diseñar la estrategia política que la colectividad debía desplegar a partir de este año
Para eso, habían pensado en diversificar sus propuestas a través de las distintas características de sus dirigentes. Captar a “los conservadores” con Luis Alberto Lacalle, a los de “centro” con Jorge Larrañaga, y a los “progresistas” con al eventual retorno a sus huestes de Jorge Saravia. ¿Y ahora? En apenas 40 segundos, el ex presidente blanco echó por tierra la estrategia en la última Convención, renunciando a la precandidatura de 2014.
Que Saravia sumaría a la concepción “seudo-izquierdista” de los blancos nadie lo duda. De hecho, por los cálculos y algunas bases de datos que manejan algunos dirigentes, el hombre de Patria Grande cuenta con un caudal significativo de votos en Montevideo, a tal extremo que le permitiría tener por lo menos dos diputados.
Que Larrañaga se ha consolidado en el “centro” del mapa político, tampoco nadie lo duda. Y que Lacalle es el exponente por excelencia del sector “conservador” entre los nacionalistas, tampoco. Con el ex jefe de Estado fuera de carrera… ¿Quién asume ese rol? Los dirigentes herreristas que estuvieron “taponeados” hasta ahora… ¿calzan los puntos necesarios?
Con una porción “residual” del electorado cada vez mayor, que vota en un partido o en otro sin problemas porque tiene un patrón común, muchos se preguntan ¿Quién se verá beneficiado con esto? ¿A dónde van a parar los votos “conservadores” blancos de Lacalle que no se vean seducidos por los emergentes del Herrerismo? Por lo bajo, algunos responden con una frase: “Pedro Bordaberry se debe estar frotando las manos”.-
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