La epidemia de escarlatina

La enfermedad motivó que el autor del himno nacional escribiera un poema sobre el desasosiego de la población ante la impotencia de la medicina.

 

Entre marzo y junio de 1936, Montevideo padeció, por segunda vez, una epidemia de escarlatina. En sólo tres meses hubo 258 muertes, cifra alta si se tiene en cuenta que Montevideo sólo tenía 24.000 habitantes. 

Los médicos no tenían herramientas suficientes para combatir la enfermedad. En el medio de ese caos, el autor del himno nacional Francisco Acuña de Figueroa escribió un poema sobre el desasosiego de la población ante la impotencia de la medicina:

“Quien despierta y su pecho

Viendo rojas manchas salpicado,

Al punto horrorizado

“escarlatina!! exclama desde el lecho;

y a su voz repentina

todos huyen gritando “escarlatina”

 

 

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