Julio Guarteche fue hasta hace pocos días el principal policía de Uruguay. Como Director Nacional de Policía era el oficial con más alto rango en el país. Un hombre de confianza del ministro del Interior Eduardo Bonomi, y por ende del presidente Tabaré Vázquez.
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La carta de despedida del ex Director Nacional de Policía, Julio Guarteche
Dejó el cargo por problemas de salud y en la carta explica cómo debe cumplir su función cada policía. Elogió a su sucesor, Mario Layera.
El cáncer lo obligó a dejar el cargo y someterse a un tratamiento en el exterior. Este miércoles se llevaron a cabo los cambios de autoridades que sobrevinieron al alejamiento de Guarteche.
En su lugar asumió el hasta ayer Jefe de Policía de Montevideo, Mario Layera. En el acto se leyó una carta de despedida de Guarteche, por momentos emotiva, en la que explica qué es ser Policía y cómo deben desempeñar sus funciones de servicio los efectivos.
También da cuenta de los cambios que se han llevado adelante en la Policía, agradece a las autoridades políticas y elogia a su sucesor.
“Quiero alentarlos a apoyar con el mismo respeto y lealtad al nuevo Director el Comisario General (R) Mario Layera. Lo conozco bien y lo admiro. Tenemos una larga y profunda relación. Los cambios introducidos por el en las operaciones policiales complejas, lo hacen para mi, en el Oficial que ha hecho las mayores contribuciones en ese aspecto en los últimos 50 años. Su inteligencia, capacidad de análisis y la conducción de operaciones con escenarios cambiantes y por ende complicados han sido reconocidas en el ámbito policial, judicial y por contrapartes extranjeras. Su bajo perfil ha hecho que no muchos conozcan estas, sus capacidades mas sobresalientes. Los cambios históricos ejecutados en la Jefatura de Policía de Montevideo hablan de sus convicciones, de su firmeza, de su visión, en definitiva de su liderazgo. La Policía queda en buenas manos”, escribió Guarteche.
En otro pasaje de su carta explicó la relación que existe, según su experiencia, entre la criminalidad y la sociedad uruguaya actual.
“La criminalidad que sufrimos en gran parte responde a las necesidades de una parte de la Sociedad. El Crimen Organizado y la criminalidad común históricamente se han involucrado en actividades lucrativas para satisfacer las demandas que sectores de misma sociedad están dispuestas a pagar. Se hurta por que habrá compradores, se trafica drogas por que habrá consumidores dispuestos a pagar, se fomenta la prostitución infantil por que hay integrantes de nuestra sociedad dispuestos a ponerle un precio a sus aberraciones, se produce la pornografía infantil por que hay individuos dispuestos a consumirla, etc, etc. Casi todos los delitos son para obtener lucro”, sostiene Guarteche.
CÓMO SER POLICÍA. En la carta Guarteche asegura que el delito más importante a combatir en la Policía es la corrupción y hace un llamado todos los efectivos a dar lo mejor de sí mismos en el trato con la población.
“El prestigio o la buena visión de la Institución esta basada en lo que haga o deje de hacer uno solo de sus integrantes. Se multiplica por decenas una buena experiencia con la Policía y por miles una mala atención o un exceso. Ninguna de las muchas tecnologías que hemos recibido puede substituir al ser humano. El ser humano es lo mas importante”, escribió
“No solo debemos respetar los derechos humanos sino especialmente la dignidad humana. Partir de una situación de comunicación violenta hacia un dialogo civilizado es una manera inteligente de encausar las cosas hacia un trato digno para todos”, agregó.
Sobre los cambios implementados en la Policía, precisó: “Los cambios de visión, de procedimientos, de legislación, de tecnologías aplicadas a la seguridad y la investigación, de medios de locomoción, de administración de las unidades, de estructura que se han efectuado en nuestra Policía no tienen parangón y tienen su origen en la conjunción de la voluntad política y la voluntad de los Policías que quieren los cambios. Si unas de esas patas no esta presente las reformas no son posibles. El nuestro es uno de los únicos ejemplos en Latinoamérica. En el otro extremo existe un ejemplo de un País en el cual fracasaron 23 reformas en 24 años”.
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