La caída de Pluna, desde Varig y Campiani, hasta el cierre

En 2007 Campiani dijo que iba a formar la aerolínea "que se merecen los uruguayos". Mujica olía algo feo. Mirá los últimos años de Pluna.

 

"No me gusta Matías Campiani, por olfato", dijo José Mujica en 2008, cuando dejó el Ministerio de Ganadería y volvió al Senado para ser candidato a la Presidencia.

El empresario argentino había "dejado las vacas" (Parmalat) y "agarró para los aviones", dijo el ahora presidente de la República.

El negocio con Leadgate lo habían cerrado los ministros de entonces, Danilo Astori (Economía) y Víctor Rossi (Transporte) en nombre del gobierno del ex presidente Tabaré Vázquez (2005-2010).

En cinco años de sociedad entre Pluna y Leadgate (2007 - 2012) la compañía aérea de bandera uruguaya parecía repuntar, con más pasajeros, destinos y aviones nuevos.

"Será una aerolínea en la que puedan confiar. La aerolínea que se merecen los uruguayos", dijo Campiani en 2007, cuando se hizo cargo de Pluna S.A.

Por atrás las pérdidas se acumulaban y las deudas superaron a los activos de la aerolínea. El plan de negocios dejó de ser exitoso y el gobierno de Mujica (con Astori como vicepresidente) decidió echar al socio privado y a Campiani.

La segunda experiencia de privatización de Pluna fracasó, como la primera, cuando a mediados de la década de 1990 desembarcó Varig.

Desde 1995 hasta 2005 la aerolínea brasileña comandó los destinos de Pluna, sin llegar a buen puerto. Años después, tras el fracaso de Leadgate, los ex trabajadores de Pluna-Varig comienzan a ganar los juicios contra el Estado uruguayo por varios millones de dólares. Y si los cerca de 7.000 trabajadores perjudicados en Brasil ganaran sus litigios, la deuda a pagar por el Estado uruguayo sería de muchos, muchos ceros.

Los 76 años de historia de Pluna en el aire, terminan así por el piso.

 

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