INCREMENTO DE INVERSIÓN

Instituto CERES presentó plan de aumento de riego sostenido para los próximos años

El director, Ignacio Munyo, dijo a Subrayado que están convencidos que "el país necesita una política nacional de riego", como fue anunciada por el presidente.

El Instituto CERES presentó un informe de impacto económico del riego que sostiene que, si el ritmo de crecimiento que estos sistemas tuvieron en los últimos tres años se intensifica hacia adelante, se puede llegar en 2030 a un campo con riego suficiente para un crecimiento adicional del PBI de casi 5% y dejaría para años siguientes una economía 3% más grande respecto a un escenario con el nivel de riego actual.

Ese aumento potencial de la producción incluye el incremento de inversión, la ganancia de productividad en el sector agropecuario, y los efectos indirectos e inducido en otros sectores de la cadena productiva.

El estudio “Riego y productividad: potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay" fue presentado por el director de CERES, Ignacio Munyo y el economista Martín Alesina en la Expo Activa de Soriano.

La continuidad e intensificación de los mecanismos de riego impacta positivamente en el empleo y en los ingresos del Estado por pagos de tributos. Cada año, este aumento en las hectáreas regadas generaría entorno a USD 80 millones por concepto de Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) y de USD 70 millones por un aumento del consumo de energía eléctrica.

La introducción del riego ha permitido un aumento en el rendimiento de más del 80% en maíz y del 40% en soja, en promedio en los últimos seis años. En temporadas con escasas precipitaciones, el riego logró que los rendimientos más que se dupliquen en ambos cultivos.

Por otra parte, la implementación del riego en la ganadería muestra un aumento significativo en la tasa de procreo y en los kilogramos obtenidos.

Con vista en estos resultados, CERES propuso un conjunto de políticas públicas y medidas concretas, como el lanzamiento de un Plan de Energía para extender las líneas energéticas; conservar el régimen de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (COMAP) e impulsar la extensión a empresas agropecuarias que ya contribuyen a la expansión del riego y hay espacio para crecer; más alternativas de financiamiento.

La instalación de sistemas de riego significa inversiones de largo plazo que solo es posible proyectar con rigor si permanecen y refuerzan las actuales políticas públicas que han contribuido al mejor desempeño del sector agropecuario.

Para favorecer ese impacto, CERES dice que es necesario remover trabas actuales para impulsar una política de Estado de expansión del riego que trascienda períodos de gobierno.

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