Un adolescente ganó un juicio a una institución educativo por bullying, y deberán indemnizarlo con US$ 12.500
Histórico: Justicia falló a favor de un adolescente víctima bullying en colegio privado
El hecho ocurrió en 2014 y la justicia responsabilizó al centro educativo del estrés postraumático generado por 7 años de maltrato
La historia, reseñada en el diario El País, comienza en 2014, con los tormentos a los que el chico era sometido en el centro educativo. El adolescente fue diagnosticado con estrés post-traumático.
Luego de un largo proceso judicial, cuatro años después, el adolescente y su familia serán resarcidos. En un fallo histórico, la indemnización económica fue la manera que encontró el juez civil Federico Tobía de resarcir el "acoso moral" al que fue sometido el adolescente y su la familia.
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Según relata el matutino, el adolescente guardó silencio durante los siete años que asistió al colegio católico donde sufrió el acoso escolar.
No lo invitaban a los cumpleaños ni a las reuniones, ni a jugar al fútbol, ni al cine, ni lo integraban a los grupos de estudio. Le ponían apodos ofensivos, se burlaban de su hiperactividad, e incluso lo sometieron a actos obscenos.
El líder de los hostigadores lo manipulaba, y un día obligó a la víctima a invitarlo a su casa, para que le hiciera los deberes de ingles de 2do de liceo.
En esa oportunidad el acoso fue tan terrible, que el adolescente salió aterrado, corriendo hasta el trabajo de su madre, y le contó lo que le estaba ocurriendo, y el motivo de su tristeza permanente y de sus bajas calificaciones.
Los padres del adolescente víctima de bullying tuvieron una reunión con el director del liceo en la que le contaron lo que estaba ocurriendo, le plantearon la falta de reacción del colegio, que jamás se había dado cuenta del infierno que atravesaba su hijo, y le pidieron que cambiara al adolescente de clase.
El director desestimó la situación, y se negó a cambiarlo de clase porque el año lectivo “ya estaba muy avanzado”.
Acorralados, la familia de la víctima decidió denunciar al hostigador ante la policía. El victimario era corpulento y había amenazado a su hijo en reiteradas oportunidades. "Además era muy buen alumno, elegido por sus compañeros como líder de su clase, era querido por sus docentes y agradable persona: el perfil perfecto de un psicópata", recordó la madre a El País.
El caso llegó a la sede penal de adolescentes, y tras realizar las pericias correspondientes, una asistente social definió que los dos chicos debían concurrir a clases separados. El director del colegio mantuvo la negativa, argumentando que el estrés de la víctima derivaba del hecho que había sucedido fuera del ámbito educativo.
Los padres debieron cambiar al chico de colegio, y acudir a una “ terapia basada en movimientos oculares para reducir el trauma”, al tiempo que empezaron un proceso judicial que terminó fallando a favor de la víctima de bullying, en un fallo que según los expertos no tienen precedentes.
Sin embargo, el colegio se libró de responsabilidades, porque no fue posible determinar contundentemente que hubiera habido hechos de abuso en el centro educativo, ni que las autoridades hubieran desestimados los reclamos de los padres de la víctima. Esta semana apelarán la decisión.
Foto ilustrativa.
Fuente: El País
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