Gardel es "yorugua" y "troesma"
El Pelado Cáceres, con ese desparpajo casi adolescente, y después de cumplir otra faena con alta nota, recorrió el camino que separaba el círculo central del área con la calma del galán ganador que se acerca a una chica para conquistarla y tiene ...
El Pelado Cáceres, con ese desparpajo casi adolescente, y después de cumplir otra faena con alta nota, recorrió el camino que separaba el círculo central del área con la calma del galán ganador que se acerca a una chica para conquistarla y tiene como respaldo una caída de ojos que invita a la conversación.Mientras contaba el clásico en “Radio Carve” desfilaron por mi mente imágenes de aquella memorable noche en Johannesburgo cuando Abreu metió en el diccionario futbolero la histórica frase “la picó, el “Loco” la picó”.- Martín Cáceres, infaltables auriculares, botija tecnológico, sonrisa franca y cuna violeta –como el Mono, el Tata y el Ruso- ajustició a Romero con la precisión de un francotirador. Lindo haberlo vivido para poderlo contar…
Santa Fe, 16 de julio de 2011. Las tropas celestes están reunidas en un bunker céntrico de la Ciudad Cordial tras escuchar la charla de logística, defensa y ataque del General Tabárez, un líder sin aspavientos ni demagogias -a veces frontal ante los cuestionamientos de las fuerzas opositoras- y siempre franco en el mano a mano casual.Tabárez –seguramente- tras puntualizar las claves para frenar al adversario, les recordó que el objetivo ideal es la victoria pero la estrategia y las diversas circunstancias que pueden darse también necesitan de un fuerte compromiso.
En menos de un segundo, Martín Cáceres quedó sepultado por sus compañeros. El “Nene” Muslera, el héroe del partido, no vio el celestial encuentro en la bola y la red que tanto le pidió a su Virgencita. Antes, el pelotón de fusilamiento marchó sereno y batió cinco veces a su rival, el portero Romero.
Por lo general, las grandes batallas son una multitud de combates individuales. En el “Cementerio de los Elefantes”, Uruguay tuvo que redoblar esfuerzos para imponer su ley. Perdió a uno de sus guerreros muy rápido. Diego Pérez, el incansable ladero de Arévalo Ríos, marcó su primer gol con la selección pero también se vio superado por picardía y habilidad argentina y –en lucha desigual- utilizó todo lo que tenía a su alcance para frenar el feroz ataque compuesto por piruetas Messianas, balaceras de los soldados del Rey Lio –Higuaín, el “Kun” y Di María- y buen toque que distingue a los nacidos en estas tierras. Su entrega lo obligó a rendirse cuando el gran duelo no había cumplido media hora.La batalla se fue haciendo cada vez más dura. 90 minutos no alcanzaron y tampoco media hora extra. Se estima que un contendiente logra la victoria cuando su adversario se ha rendido, ha huido, ha sido forzado a retirarse o bien se ha vuelto militarmente ineficaz. Si no se cumple ningún objetivo de la batalla, el resultado se considera un empate.
Rio de Janeiro, 16 de julio de 1950. Los dirigentes que acompañaban la delegación uruguaya en el Mundial de fútbol se marcharon tras señalar al plantel que “con un 4-0 estamos cumplidos”. Entonces, el “Negro Jefe” –Obdulio Varela- se paró, miró a los suyos –la mayoría no lo tuteaba- y dijo con voz firme: “Cumplidos… sólo si logramos la victoria”. Y, por supuesto, supieron cumplir.
¿Resaltar un combatiente? Imposible… Los soldados de camiseta blanca fueron gladiadores y héroes en batalla sin cuartel. Lugano y Scotti conformaron tal pareja de zagueros que en un momento sacudieron a dúo a la endiablada “Pulga” rosarina. Maxi Pereira y Cáceres pusieron garra cuando faltó precisión, el “Tata” y “Palito” entregaron su fuego hasta que el combustible se agotó. Para “Palito” fue peor que el parto de Lucio y dos de los Tres Mosqueteros –Diego y Suárez- trabajaron con y sin pelota. Moral, disciplina y estrategia completaron la faena.Tabárez fue –y es- el Gran Jefe. Los argentinos dicen que Carlos Gardel creció en el Abasto, una zona entre los barrios de Almagro y de Balvanera, donde funcionaba el famoso mercado central de frutas y verduras. Yo creo que es uruguayo y alguna vez, antes de entrenador, fue Maestro.
Santa Fe, 16 de julio de 2011. Por Radio Continental, y a la hora de la siesta en las provincias del Norte, acaban de irradiar los goles de Schiaffino y Gigghia en la final del 50 en la que ganó el que no tenía que ganar.- La voz de Duilio De Feo narraba –con emoción que hacía llorar a las cuerdas vocales- el momento más glorioso del fútbol uruguayo.Casi al mismo tiempo, el Capitán Diego Lugano en la charla íntima con sus compañeros decía: “No nos olvidemos que hoy es fecha patria para el fútbol. No se gana con la historia… pero hoy juega de nuestro lado”.
Ya es domingo. El titular de Olé –“Chechos Pelota”- contrasta con la sobriedad hiriente de Clarín y La Nación que eligieron las palabras “Fracaso” y “Frustración”.Las batallas casi siempre reciben su nombre por alguna característica geográfica del campo donde se libraron, como el nombre de una ciudad o un accidente geográfico. Ocasionalmente, las batallas pueden recibir su nombre por la fecha en la que tuvo lugar, como el Glorioso 16 de Julio… Como decía el Capitán de Todos… “Fecha Patria para el fútbol uruguayo”.
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