Este martes Estados Unidos vota por las llamadas "elecciones de medio término".
Estadounidenses votan en elecciones de "medio término": ¿por qué son tan importantes?
Hay en juego 538 escaños y el control de las dos cámaras legislativas para los próximos dos años.
Como ya indica su propio nombre, este proceso electoral se celebra en la mitad del mandato presidencial actual y se trata de un procedimiento en el que se elige el partido político que controlará las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos los últimos dos años, hasta las siguientes elecciones presidenciales.
Si bien se hace más sencillo de comprender el concepto si se entiende como una especie de oportunidad que se da al votante para decidir si confía o no en las instituciones actuales para terminar el periodo de Gobierno, estas elecciones van mucho más allá de un mero referéndum para valorar las políticas de la presidencia.
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A la hora de votar, los electores tienen en cuenta muchos factores, igual que ocurre en las presidenciales, aunque una de las principales preocupaciones de los estadounidenses suele ser el estado de la economía —se dice que "los estadounidenses vota con el bolsillo"—.
De todos modos, la participación electoral suele ser más baja que en unos comicios presidenciales.
El conjunto de elegibles al completo está compuesto por 538 escaños: 435 corresponden a la Cámara de Representantes, 100 al Senado y tres son las representaciones del Distrito de Columbia.
Los electores votan directamente para elegir a un tercio de los senadores y a todos los integrantes (435) de la Cámara de Representantes, que se renuevan cada dos años.
De este modo, se puede modificar el partido político que controla cada una de las cámaras del Congreso, que es quien tiene mayor facilidades para aprobar sus proyectos de ley. Eso sí, todas las leyes que se proponen deben pasar tanto por el Congreso como por el Senado para llegar al despacho del presidente, quien finalmente se encarga de sancionarlas.
Actualmente, las dos cámaras están bajo control del Partido Republicano.
LOS TEMAS DOMINANTES
La campaña hacia las elecciones de medio mandato del martes en Estados Unidos estuvo marcada por temas polémicos, como migración, violencia o el movimiento #MeToo, siempre con la figura omnipresente de Donald Trump.
- Trump, Trump, Trump -
Pese a que su nombre no figura en las papeletas, Donald Trump está, como él mismo dice, en el centro de estos comicios, que tradicionalmente se transforman en un referéndum sobre la gestión presidencial. Pero, explosivo e iconoclasta, el magnate llevó esa tendencia a otro nivel.
"Votar por Marsha es, de hecho, votar por mi", declaró Trump en Tennessee, junto a la candidata republicana al Senado, Marsha Blackburn. El mandatario multiplica sus actos de campaña, consciente de que si su partido pierde el control de Congreso a manos de los demócratas, su gestión se verá paralizada.
En tanto, los demócratas esperan que la aversión que muchos electores tienen hacia el magnate provocará un aumento en la participación electoral, cuando normalmente las elecciones de medio mandato no suscitan grandes pasiones.
- Inmigración -
El envío de militares a la frontera con México para evitar la "invasión" de migrantes centroamericanos que avanzan hacia Estados Unidos en una caravana, la promesa de acabar con el derecho de suelo, historias escabrosas de asesinos indocumentados: Trump y los republicanos decidieron colocar a la inmigración en el corazón de su campaña.
El tema migratorio es una de las principales preocupaciones de los electores republicanos y la presión para que acudan a las urnas es clave en un comicio donde la participación será fundamental.
- Violencia -
El fin de la campaña se vio ensombrecida por el ataque antisemita que dejó 11 muertos en una sinagoga de Pittsburgh, que se produjo luego de una tensa persecución para atrapar al responsable del envío de paquetes explosivos a varias personalidades demócratas, entre ellos el expresidente Barack Obama, la exsecretaria de Estado y excandidata presidencial Hillary Clinton, y el inversor George Soros.
Estos picos de violencia previo a la elección del martes puso sobre la mesa de debate la agresividad del discurso de Trump y sus efectos en un país profundamente dividido.
Trump condenó el ataque antisemita, pero se mostró menos contundente sobre el caso de los paquetes bomba. Como sea, retomó la campaña de inmediato y las ácidas críticas a sus oponentes.
- Las mujeres -
Tras la eclosión del movimiento #MeToo para denunciar los abusos sexuales y las manifestaciones de mujeres contra Trump, las electoras y las candidatas están en el centro del debate tras la llegada del magnate a la Casa Blanca.
Los estadounidenses perecen particularmente motivados para acudir a las urnas en esta ocasión, en tanto un grupo de mujeres moderadas de barrios acomodados y con grados universitarios, disgustadas con la retórica presidencial, lograron, según las encuestas, inclinar la balanza a favor de los demócratas cuando la liza se mostraba cerrada.
Además, un número récord de mujeres, 200 demócratas y 60 republicanas, son candidatas al Congreso, donde actualmente ostentan el 20% de las bancas.
- Economía -
Ante la "guerra comercial" en que se embarcó el gobierno de Trump, la renegociación de tratados internacionales, el sólido crecimiento económico y el pleno empleo, la economía también fue uno de los temas centrales de la campaña.
Las cuencas mineras e industriales aprecian las medidas proteccionistas de Trump. Pero los agricultores sufren las represalias que los socios de Estados Unidos aplican a esa política, aunque algunos productores rurales no han retirado su apoyo al mandatario, dando crédito a su afirmación de que las dificultades serán temporales, y que luego vendrá la recuperación.
- Salud -
Los demócratas han insistido con un poderoso mensaje a los electores: si los republicanos refuerzan su control del Congreso, destruirán su cobertura de salud, un tema importante en un país donde no existe un sistema de salud universal.
La reforma que impulsó el presidente Barack Obama permitió a millones de personas acceder a cobertura sanitaria, y Trump no ha podido cumplir con su promesa de campaña de acabar con el sistema conocido como Obamacare.
Conscientes de que esta es una de las principales preocupaciones de los votantes de todos los sectores, los republicanos han prometido, tardíamente, que garantizarán que las personas con enfermedades crónicas tengan acceso a un seguro de salud asequible. "Es mentira", dijo Obama el viernes.
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