ESPAÑA

El rey Juan Carlos abandona una vida pública que fue de más o menos en materia de popularidad

A los 81 años, y a cinco de abdicar del trono, decidió dar un paso al costado en las actividades institucionales.

El rey emérito de España Juan Carlos I se retirará por completo de la vida pública el 2 de junio, cinco años después de abdicar en su hijo Felipe VI, anunció este lunes en un comunicado.

"Creo que ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública", señala el monarca emérito, de 81 años, en una carta dirigida a su hijo Felipe.

Desde su abdicación, don Juan Carlos de Borbón había venido desempeñando algunas actividades institucionales, y se dejó ver en diversos actos sociales, como el 15 de mayo, cuando fue a la corrida de toros en la madrileña plaza de las Ventas con motivo de la fiesta de San Isidro.

Sin embargo, explica el rey emérito, "desde el año pasado, cuando celebré mi 80 cumpleaños, he venido madurando esta idea", la de retirarse definitivamente, por lo que ahora ha decidido "dar este paso y dejar de desarrollar actividades institucionales, a partir del próximo 2 de junio", añade.

"Tomo esta decisión desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi lealtad siempre", cierra la misiva, con un "grandísimo abrazo" al actual jefe del Estado español, de 51 años.

Don Juan Carlos, casado con la reina emérita Sofía, accedió al trono de España el 22 de noviembre de 1975, por decisión del dictador Francisco Franco, fallecido dos días antes.

Fue uno de los artífices de la transición a la democracia y llegó a gozar de altas cotas de popularidad entre los españoles.

Sin embargo, se vio abocado a abdicar por una serie de escándalos, como la implicación en una trama de corrupción de su yerno Iñaki Urdangarin, encarcelado desde hace casi un año, y su relación con la aristócrata alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

Ésta se hizo conocida en España porque en 2012 participó con Juan Carlos en una cacería de elefantes en Botsuana, de la que el monarca regresó con una cadera rota. Cosa insólita, el rey tuvo entonces que disculparse en unas declaraciones públicas.

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