El "ladrón más torpe del mundo" llora y pide clemencia

A la vista de todos, como si fuera un caballero, Riquelme dejó subir a dos mujeres antes que él y al subir tironeó de la cartera de una de las pasajeros que lo precedió.

Sin embargo, todo salió mal para el descuidista. El conductor se percató de la situación y le hizo frente. Lo primero que hizo fue cerrar la puerta del bus. Cuando Riquelme intentó huir lo hizo con tanta mala suerte que su mano quedó atrapada.

Sin poder moverse quedó a merced del chofer que comenzó a apalearlo con un bate de beisbol.

Los golpes quebraron al delincuente, quien empezó a poner excusas para que dejara de pegarle.

Una de las excusas se volvió parte del folclore: "Es mi tía María, mi tía María del Campo..." le dijo al chofer como forma de pedir clemencia.

Curiqueo terminó llorando y en manos de los carabineros, que lo derivaron al Poder Judicial.

Según informa el portal biobiochile.cl, la fiscal Marcela Cartagena lo procesó por "robo con sorpresa en carácter de frustrado".

Por sus antecedentes penales, quedó en prisión preventiva.