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El guardia de seguridad que quería ser estanciero
Hace 23 años, hubo un caso similar al de Treinta y Tres. Un funcionario de una reconocida empresa fugó con una fortuna y apareció tres días después vestido de gaucho
En 1989, un guardia de seguridad de una reconocida empresa robó medio millón de dólares de una remesa que iba al Banco Central.
El hombre, que era un funcionario con muchos años de trayectoria, bajó del camión blindado en el subsuelo de la entidad y escapó con el botín por el frente, mientras se realizaba una manifestación sindical.
La difusión pública del tema dio para todo tipo de especulaciones, casi todas apuntando a que el trabajador había salido del país para disfrutar de la fortuna robada.
Pero eso no fue así. El guardia se tomó un ómnibus en la calle Paysandú y se bajó a pocas cuadras de allí. Compró un auto -dejó los papeles pendientes para otra ocasión- y salió rumbo a Colonia.
Tres días después fue encontrado vestido de gaucho en la ciudad de Rosario, pagando vueltas de whisky para todos los parroquianos de un bar. Estaba intentando adquirir una estancia.
Cuando fue detenido por la Policía, sólo atinó a explicar: "el sueño de mi vida es ser estanciero".
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