Educación, educación, educación y otra vez educación

La difusión de las cifras sobre repetición en los liceos públicos reflejan una cruda realidad que al gobierno le cuesta admitir.

 

Danilo Astori integra el gobierno del Frente Amplio (FA) desde 2005 y por tanto, algo de responsabilidad le cabe por los penosos resultados en los liceos públicos divulgados la semana pasada. Pero también es cierto es que el vicepresidente fue el primer dirigente de alto nivel del gobierno que no ocultó la gravedad de esos números, que dejaron al desnudo centros educativos con tasas de repetición superiores a 50%. “Tenemos que hacer un esfuerzo absolutamente fundamental y urgente", dijo en un discurso en Young, divulgado por Subrayado.

Astori se ha referido a este tema innumerables veces en este gobierno. Una y otra vez ha señalado que el incremento presupuestal que recibió la Enseñanza en los últimos años no se ve reflejado en resultados. Sin ir muy lejos, hace un mes, cuando se conocieron datos generales sobre la repetición en los liceos públicos, dijo en tono de autocrítica: "somos conscientes que no solo debemos preocuparnos, sino también ocuparnos"

El pasado fin de semana, enfatizó que la enseñanza que se imparte en los liceos públicos uruguayos en muchos casos "es un estímulo al abandono".

Para muchos sus palabras sonarán a poco, pero después de días de negaciones, silencios y excusas, llegan como una señal de que al gobierno aún le importa lo que pasa en la Enseñanza. Es que salvo el senador Enrique Rubio ("lo más importante es ver que tenemos un problema", dijo), la respuesta preferida por estos días fue quitarle trascendencia a las cifras. Datos que, vale recordar, Secundaria hizo públicos obligada por una orden judicial tras la acción de periodistas del suplemento Qué Pasa, del diario El País. El ejemplo más claro, la primera senadora del gobierno, Lucía Topolansky, que consideró que lo peor de este tema no son los niveles de repetición. “El problema más grave es el manejo de la información”, dijo. “Es politiquería barata”.

No fue la única, y también fue llamativo el silencio de muchos dirigentes. El presidente Mujica, mientras, dedicó una entrevista radial a cuestionar a las personas que tienen más de un trabajo para "acumular" riqueza. Más tarde, luego de conocidas las primeras palabras de Astori sobre el tema, pareció reaccionar y según se anuncia en su entorno, tiene previsto asistir al liceo 13 de Maroñas, el que arrojó los datos más dramáticos de repetición de todo el país (casi 55%).

¿Servirá la difusión de estos números y la discusión pública para que la Enseñanza sea finalmente un tema prioritario para la clase política? Los dirigentes de la oposición, que ven aquí un punto débil en el que golpear, están hablando del tema y quizás en la campaña electoral aparezcan propuestas concretas de cambios profundos. Pero claro, el pasado reciente no invita al optimismo.

Mujica asumió  prometiendo que sus cuatro prioridades serían "Educación, educación, educación y otra vez educación", pero los acuerdos políticos quedaron en la nada. Su idea de expandir la UTU no tuvo apoyo y terminó en un proyecto de nueva universidad que está lejos del proyecto inicial. Mujica reconoció su derrota. 

Desde que el FA asumió, buena parte del poder de los organismos de la Enseñanza pasó a los gremios docentes. Además, se dio el lujo de ignorar a especialistas en Enseñanza de izquierda por haber cometido el pecado de haber trabajado con gobiernos anteriores. Carmen Tornaría, puntal de la reforma Rama fue el caso más obvio, pero no el único. 

¿Habrá finalmente algún gobierno con fuerza y coraje suficiente para hacer los cambios que crea necesarios en la Enseñanza? ¿Será la Educación asunto de campaña electoral y tema prioritario del próximo gobierno? ¿Habrá llegado el momento en que, como dijo Mujica al asumir, los gobernantes serán obligados a escribir cada mañana “debo ocuparme de la Educación"?

Todo eso está en manos de los políticos.

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