El antidoping positivo de Darío Rodríguez empaña los preparativos para la nueva temporada de Peñarol y amenaza con una fractura dentro de la institución.
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Doping de Darío Rodríguez: ¿quién miente en Peñarol?
El médico Rienzi y "Polilla" Da Silva intercambian acusaciones. El histórico kinesiólogo Germinal López se autoinculpa. Y el jugador sufre en silencio. Un gran bonete.
Las baterías apuntan al doctor Alfredo Rienzi, toda una institución dentro de la institución. Los diarios deportivos de Uruguay dedican hoy crónicas a la molestia del extécnico de Peñarol, Jorge “Polilla” Da Silva contra el profesional, ya que éste, en la indagatoria, lo acusó de estar en conocimiento del corticoide inyectado a Rodríguez con motivo del partido clásico.
El jugador también está “caliente” -según distintas fuetes- con el doctor Rienzi, uno de los más reputados médicos deportólogos del país.
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“Rienzi le erró feo”, dijo “Polilla” Da Silva desde Qatar, el país en el que se afincó luego de su paso por Los Aromos. “Creo que tuvo mala intención. Intentó salvarse él”, agregó.
El delegado aurinegro y reconocido penalista Jorge Barrera entregó al tribunal un informe médico en el que se estipulaba que el cuerpo técnico había utilizado al jugador sin que tuviera el alta médica.
Ya nadie sabe quién dice la verdad y quién no. El kinesiólogo Germinal López -otro legendario de los vestuarios aurinegros- se autoinculpó cuando fue al tribunal y dijo que el le aplicó a Rodríguez la inyección sin que Rienzi tuviera conocimiento.
“Polilla” Da Silva niega haber estado en conocimiento del inyectable. “Si corría algún riesgo de sanción no estaba en el plantel”, comentó con cierta lógica. “Yo sabía que no iba a jugar”.
La situación es confusa, entre otras cosas porque en Los Aromos no hay constancia de historias clínicas. Todo se hace “de palabra” con la sanidad, salvo cuando los jugadores van al consultorio privado de Rienzi en la zona de Pocitos.
Las desprolijidades en ese sentido son graves. El entrenador no sólo reveló que no sabía del tratamiento del jugador, sino que además tuvo una conversación reservada con el presidente del club, en la que le explicitó su molestia con la sanidad. Las relaciones entre el cuerpo técnico y los médicos
El caso no amenaza el campeonato uruguayo obtenido por Peñarol pero pone en riesgo el prestigio de muchos dentro del club.
Darío no jugó ese partido, pero sí estuvo en el banco y en carácter de tal fue sometido a los controles de rigor. La presencia de OX B12 en los exámenes clínicos -sustancia que se usa para apurar el tratamiento de lesiones- podría terminar con una sanción para el deportista.
El presidente de Peñarol espera el fallo del tribunal de la Organización Nacional Antidoping del Uruguay (ONAU) para determinar las sancione del caso.
Lo único cierto es que alguien deberá irse de Peñarol y será una instancia dolorosa para la comunidad carbonera.
FOTOS: Tenfield.
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