¿Delivery o infractor a ciegas

    No se puede desconocer que lo cotidiano, común y aún la simpleza de un hecho no implica la garantía de que este sea correcto.

    No se puede desconocer que lo cotidiano, común y aún la simpleza de un hecho no implica la garantía de que este sea correcto. Por el contrario, podemos llegar a sorprendernos por lo complejo e intrincado que resultan los hechos vinculados al tránsito.

    Se ha dicho que una de las paradojas del conocimiento consiste en que los más sencillos pueden ser lo más difíciles de penetrar. Y si el hombre no conoce o ignora la fuerza o alcance de sus actos, puede pasarle como en aquella metáfora donde el aprendiz de brujo luego de un conjuro no sabía como detenerlo.

    En el caso de la mayoría de los  conductores de motocicletas particularmente llamados “delivery”, se denota una ignorancia brutal del tema, desencadenándose en la vía pública una amenaza constante para sí y para los demás.

    La libertad de acción que brinda este invento de las dos ruedas, nos lleva a utilizarla exponiéndose al riesgo constante.

    Y si el fenómeno de la circulación reconoce un inicio y una evolución, también nuestra mentalidad tiene que adaptarse a esta nueva situación donde para muchos la motocicleta además de un medio de transporte es una herramienta de trabajo.

    CONFLICTOS.

    Los cambios de senda permanentes. En la noche, donde su trabajo es más solicitado, es fácil ver cómo arriesgan su vida en una circulación anárquica, con algunas deficiencias en sus vehículos y  ruidosos además, por lo que podemos definirlos como un siniestro en busca de una oportunidad para que se produzca.

    Los hemos visto  a contramano, cruzando con luz roja, ubicándose en los puntos ciegos de los vehículos, sin casco o mal colocado. Perlas que adornan el collar de disparates cometidos por muchos de ellos. Según datos del Banco de Seguros entran con lesiones graves hasta cuatro o cinco conductores de entrega rápida en moto, por semana. La mayoría jóvenes que hacen de esta actividad su primera experiencia de trabajo, perdiendo de esta forma calidad de vida. La desinformación de elementales reglas de seguridad no es la excusa que arregla el desastre autocausado por la falta de sentido común.

    Este nuevo problema que se nos presenta en el sistema del tránsito requiere acciones inmediatas para regularizar su tarea lo antes posible. Con licencias de conducir especiales, a partir de aprobar cursos específicos. Y fiscalizar.

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