Banda de narcos del litoral era liderada por recluso del Penal de Libertad

Por el caso procesaron a siete personas, entre ellas a una mujer sin antecedentes, sobrina del delincuente Luis Marcelo Lemos Berrueta.

 

La banda de narcotraficantes del litoral que cayó esta semana en operativos desarrollados en Artigas y Paysandú era liderada por un delincuente recluido en el Penal de Libertad con un largo historial policíaco.

Según informa El telégrafo, se trata de Luis Marcelo Lemos Berrueta, quien comenzó a tramar la organización cuando conoció en la cárcel de alta seguridad a Samuel Benítez Otormín, conocido como "El Chono".

Benítez Otormín -también con más de 20 delitos en su haber- operó toda su vida en la zona de Paysandú junto a su hijo Nicolás Martín Benítez Bentancourt.

Los tres fueron procesados esta semana y los últimos dos volvieron a la cárcel a raíz del operativo desarrollado en cinco departamentos.

La banda vendía cerca de 60 kilos de marihuana a la semana y 20 kilos de cocaína, según trascendió en la declaración de los imputados.

Desde el mes de mayo, la Jefatura de Artigas venía llevando adelante tareas de inteligencia y habían llegado a la conclusión que usaban la ruta 4 para traer la droga desde Brasil.

La primera detenida fue una mujer de iniciales C.A.G.L., quien resultó ser sobrina de Lemos, el delincuente preso en el Penal de Libertad.

El subjefe de Policía de Artigas Ruben Severo dijo que el martes se decidió a realizar los primeros allanamientos y detenciones.

La mayoría de los delincuentes son sanduceros. Además de Benítez Bentancourt, hijo de “El Chono”, se procedió a procesar a los hermanos Eduardo Carlos y Federico Sebastián Illardía Galo.

Ademñas resultó detenido Rodolfo Ariel Sena Mengen, dueño de una “boca” de venta de droga en Mercedes.

El jueves fueron detenidos una mercedaria y dos sanduceros, implicados por los restantes como distribuidores de estupefacientes, pero ayer, tras declarar ante la jueza Penal Andrea Cayeux, recuperaron su libertad por falta de pruebas

Desde hace unos años, se ha hecho común en Uruguay algo que sucedía antes en México, Colombia y otros países entrampados en las mafias del narcotráfico: los líderes manejan las organizaciones desde la cárcel.

El modelo del Primeiro Comando da Capital (PCC), una de las organizaciones narco más grandes del continente, ya es una realidad en las cárceles uruguayas.

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