Back to the future (Regreso al futuro)

    En los años ochenta, una saga que aportaba diversión y ciencia ficción con la exitosa mano del Director Robert Zemeckis y la producción del mítico Spielberg, catapultó a la fama a Michael J. Fox que entrañaba a un hijo

    En los años ochenta, una saga que aportaba diversión y ciencia ficción con la exitosa mano del Director Robert Zemeckis y la producción del mítico Spielberg, catapultó a la fama a Michael J. Fox que entrañaba a un hijo en apuros viajero de una curiosa máquina ideada por el científico loco “Doc Brown”.- Su periplo tenía como destino los tiempos adolescentes de sus padres con un único fin: evitar una ruptura -y por ende- que Marty McFly no tuviera que resignarse a no existir.-

    ¡Quién pudiera ir hacia adelante y atrás en tiempo de fútbol!

    Tal vez, en la piel de McFly, seguramente me plantearía instalarme en el partido que hizo llorar a mi padre, Don Manuel,  el legendario Uruguay-Hungría del mundial de 1954.-

    ¿El fin? Que el gran equipo celeste se impusiera a los europeos –como cuentan los historiadores- porque lo merecía.-

    Un triunfo ante el fabuloso “Equipo de Oro” magiar donde se lucía Ferenc Puskas, lo hubiera clasificado a la final del Wankdorfstadion de Berna.-

    Con tal poder, los holandeses torcerían unos centímetros el tiro de Rensenbrick del 78, los ghaneses –seguro- secuestrarían a Luis Suárez para evitar la mano del diablo y Brasil hubiera cuidado más a Pelé -en 1966 y ante Portugal- para evitar la cacería humana sobre O Rey lo sacó de la Copa del Mundo y obligó "The Sunday Times" a titular como merecido homenaje "¿Cómo se deletrea Pelé? D-I-O-S".-

    Y siguen firmas… que consten frustraciones de Peñarol y Nacional, la pelota en el palo de Forlán ante Alemania en Sudáfrica, el inolvidable cabezazo del “Chengue” Morales en 2002 y el gesto del Gordo Púa, los penales que erró Morena en la selección contra Colombia y Zape, la final de Malasia 97 y muchos ejemplos más.-

    Sin embargo, más allá del deseo de satisfacer la frustración de mi viejo en sus tiempos mozos, y sentado en el vehículo de “Doc Brown” no dudaría un segundo sobre el destino elegido.- Es que pocas veces, el fútbol me hizo reír, llorar sin darme cuenta, abrazar a la persona que tenía al lado sin siquiera conocerla, saltar y tener calor en una ciudad donde la temperatura era bajo cero.- Fue en Sudáfrica, de Joburg a Cape Town, de Porth Elizabeth a Pretoria.- Fue la selección celeste y su maravillosa campaña, esa que está cumpliendo su primer aniversario en la antesala de la Copa América Argentina 2011.- Con las valijas a cuestas, viajamos por el mundo de Mandela, entre locura, sorpresa y disfrute.-

    En días, la Copa América, la de Messi y Neymar, que también se toparán en la final del mundo clubista, comenzará a encandilar al continente.- Uruguay, con el mejor ataque de las últimas décadas, buscará ser el equipo que amargue a los gigantes de América y del Mundo.-

    Ojalá, cuando mis hijos se instalen en una tribuna para ver el Mundial 2030 en nuestro país, puedan recordar la fábula sobre “Doc Brown” que les contaré en unos años y elijan subirse al viaje del tiempo para revivir la mayor alegría periodística de su padre (Sudáfrica 2010) y tal vez hagan una escala por Argentina 2011 donde los sueños de pelear por el título se pueden acunar sin temor a ser catalogado de loco.-

     

     

     

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