Miles de personas salieron a las calles de Sudán este jueves en defensa del poder civil, en un clima de fuerte tensión, en respuesta a los manifestantes que desde hace seis días piden un gobierno militar para sacar al país de la crisis política.
Aumenta la tensión en Sudán con movilizaciones prodemocracia y proejército
Miles de personas salieron a las calles de Sudán este jueves en defensa del poder civil, en un clima de fuerte tensión, en respuesta a los manifestantes que desde hace seis días piden un gobierno militar para sacar al país de la crisis política.
Desde el miércoles, los llamamientos a la calma se multiplicaron ante los temores a posibles enfrentamientos entre ambos bandos.
"El pueblo ha elegido a los civiles", proclamaban los manifestantes antiejército, que se dieron cita en diferentes distritos de Jartum y cuyo número era estimado en miles.
Por su parte, los manifestantes a favor del ejército cruzaban el puente que conecta el centro de Jartum con el distrito de Bahri, al otro lado del Nilo, y mostraban retratos del primer ministro, Abdullah Hamdok, tachados con una cruz roja.
En la víspera, los líderes de ambos lados exhortaron a los simpatizantes a respetar las opiniones de los demás y el derecho a protestar, mientras que las autoridades sudanesas, al igual que los responsables internacionales en visita, han advertido sobre una escalada en el país --ya sacudido el 21 de septiembre por un fallido golpe de Estado.
Pese a los llamamientos pacíficos, bloques de hormigón y soldados armados bloqueaban este jueves el tráfico en las carreteras que conducen al cuartel general del ejército en el centro de Jartum, constató un periodista de AFP.
Muchas tiendas cerraron por la mañana. La noche anterior, jóvenes activistas marcharon por las calles de la capital y apelaron a la movilización para pedir un traspaso del poder a la población civil, esperando reunir al menos a un millón de personas.
Para estos militantes de la "revolución" de 2019, que puso fin a los 30 años de dictadura de Omar al-Bashir, la concentración del jueves es una prueba. Su objetivo es recordar a las autoridades su peso en la sociedad y demostrar que siguen en la calle, dos años después.
Los partidarios del ejército, a los que acusan de nostálgicos del antiguo régimen, islamistas o grupos manipulados por los militares, quieren demostrar que son más numerosos que los defensores prociviles.
Y pretenden demostrar al gobierno liderado por el tecnócrata y execonomista de la ONU que el Ejecutivo debe hacer más por una población asfixiada por la austeridad impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de eliminar la deuda de Sudán.
Los militantes a favor de un poder civil eligieron una fecha simbólica, la del 57º aniversario de la primera "revolución" que derrocó una potencia militar en Sudán, un país con una historia marcada por golpes de Estado.
Para muchos de ellos, la movilización a favor del ejército, que reúne a miles de manifestantes, principalmente de las provincias pobres y rurales del país, es un putsch en ciernes.
"No hay vuelta atrás", gritaban como lema los manifestantes antiejército, en alusión a un periodo político reciente dominado por islamistas y militares.
"Tienen derecho a expresar su opinión", declaró Hamada Abderrahman, de 37 años, un comerciante que se desplazó desde una provincia al sur de Jartum para unirse a la manifestación a favor de las fuerzas armadas.
"Pero, para nosotros, somos los que tenemos razón, este gobierno no ha hecho nada por los sudaneses en dos años", insiste Abderrahman.
"Nuestro árbitro es la calle. Ella nunca miente", aseveró Al-Sadeq Jaafar, de 41 años. "Si quieren que los precios se disparen y haya personas corruptas en el poder, esa es su elección, nosotros no la queremos", prosiguió el partidario anticivil.
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FUENTE: AFP
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