Atentado con coche bomba en la capital de Turquía deja al menos 18 muertos

Además otras 30 personas resultaron heridas. El objetivo era atacar vehículos militares aseguraron las autoridades.

Al menos 18 personas resultaron muertas y otras 30 heridas este miércoles en Ankara por la explosión de un coche bomba cuyo objetivo eran vehículos militares, declaró el gobernador de la capital turca, Mehmet Ali Kiliçlar.

Este ataque tuvo como blanco un convoy de vehículos del ejército que se encontraba cerca de la plaza de Kizilay, precisó el gobernador, citado por las cadenas de televisión CNN-Turk y NTV.

En una amplia área podían verse densas columnas de humo y la explosión se escuchó en toda la ciudad, donde los residentes salían a los balcones de sus viviendas presos del pánico, constató un periodista de la AFP.

Varias ambulancias y camiones de bomberos fueron enviados al lugar del atentado, cerca de la sede del ejército turco y del Parlamento.

Según la cadena NTV, la explosión tuvo lugar cerca de un complejo de viviendas en el que residen oficiales del ejército.

El portavoz del partido en el poder, Justicia y Desarrollo (AKP), Omer Celik, condenó enérgicamente este ataque, según los medios.

La policía desplegó un cordón de seguridad alrededor del lugar.

Turquía vive en estado de alerta permanente desde el verano boreal pasado, cuando empezó una serie de atentados que el gobierno atribuye al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El más grave fue el doble atentado suicida del 10 de octubre pasado, también en Ankara, en el que además de 103 muertos hubo 500 heridos.

Este ataque fue perpetrado contra manifestantes prokurdos reunidos frente a la estación de trenes de la ciudad y fue atribuido al EI.

La prensa independiente turca denunció meses atrás la ambigüedad del gobierno y su responsabilidad en los atentados recientes.

El 16 de enero, en otro atentado suicida, también atribuido al EI, murieron diez ciudadanos alemanes en el barrio turístico de Sultanahmet, en Estambul.

Además, desde el año pasado el país está inmerso en un nuevo conflicto entre las fuerzas de seguridad y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que rompió el frágil alto el fuego que había durado dos años.

 

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