Arturo Espinosa, "Arturito, El chileno", tenía 28 años cuando fue asesinado por error en su casa de Cerro Norte en la madrugada del 20 de junio.
Arturo fue asesinado por error en su casa; su madre no supera su muerte y le dedicó un mural y un santuario
El joven de 28 años fue acribillado mientras dormía en la madrugada del 20 de junio por delincuentes que irrumpieron por error en su vivienda. “A mí, me mataron en vida”, dijo Patricia, su madre.
Varios delincuentes, se sospecha que seis, al grito de “allanamiento” ingresaron a la vivienda y lo acribillaron en su dormitorio delante de su esposa, mientras dormía en su cama.
Por este caso, hay tres imputados que cumplen prisión preventiva. La defensa de la familia pretende que no se haga un acuerdo abreviado y se vaya a juicio oral.
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La investigación logró determinar que la incursión estaba preparada para ejecutar a una persona, pero se equivocaron de casa.
Su madre, Patricia Amaral, lo recuerda todos los días. Le pintaron un mural en su casa y sus familiares le dedican frases. Los vecinos pasan, lo saludan y le piden permiso para darle un beso.
Los restos de Arturo fueron cremados y sus cenizas descansan en el estadio Campeón del Siglo, el del club de sus amores, Peñarol. En su casa, su madre tiene un santuario con imágenes y velas que prende a diario. Sus sobrinas y sus hijas, le traen regalitos.
“Allá está su cuerpo y acá está su alma”, dijo la madre. Patricia trata de cumplirle el sueño a su hijo, que era tener una casa con patio y jardín. “A mí, me mataron en vida”, afirmó. Trata de superar la pérdida de Arturo, es demasiado, pero tiene que seguir adelante por sus otros hijos y su nieta, la que cría. “Él no se merecía morir así”, sentenció.
Arturo no tenía antecedentes penales y era vendedor ambulante de bijouterie y perfumes en Paso Molino para mantener a su familia.
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