Alemania desmantela red neonazi culpable de matar a 9 extranjeros
Sospechan que un agente de los servicios estatales de contraespionaje podría estar involucrado en los crímenes. ¿Inteligencia infiltrada por una célula de ultraderecha?
Un agente de los servicios de contraespionaje alemán estuvo sospechosamente cerca de los lugares del crimen en seis de los nueve asesinatos contra extranjeros cometidos por la célula terrorista de ultraderecha recién descubierta, informa hoy el rotativo Bild.
El diario Frankfurter Allgemeinen Zeitung (FAZ) revela incluso que el agente especializado en la lucha contra los movimientos neonazis y de ultraderecha fue testigo presencial de uno de los crímenes en Kassel, en el centro del país, y que la policía no tuvo conocimiento de este hecho hasta diez días después del asesinato.
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Ambos diarios subrayan que la presencia del agente -cuyo nombre no es revelado- en las cercanías de los lugares de los crímenes refuerza las sospechas de que la célula terrorista podía haber recibido ayuda o protección por parte de las fuerzas de seguridad del Estado en Alemania.
El grupo estaba formado por Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, de 38 y 34 años, cuyos cadáveres aparecieron el pasado día 4 en una autocaravana incendiada en Eisenach, al este del país, y Beate Zschäpe, de 36 años, que se entregó la pasada semana a las autoridades tras prender fuego a la vivienda común en Zwickau.
A ellos hay que sumar a Holger G., de 37 años, procedente como los anteriores del germano oriental estado de Turingia, contra el que la justicia dictó ayer orden de encarcelamiento por colaboración con banda armada tras confirmarse que cedió su documentación al trío asesino para que alquilaran vehículos y viviendas.
Bild y FAZ destacan que el sospechoso agente del contraespionaje se encontraba junto a otros cinco clientes en el interior del internet-café en el que el 6 de abril de 2006 fue asesinado en Kassel su propietario turco Halit Y., de 21 años.
Mientras los restantes testigos se presentaron inmediatamente a las autoridades, la policía necesitó 10 días para localizar al agente, quien aseguró entonces no haberse enterado del crimen ni visto noticias, por lo que no se había presentado a declarar.
El rotativo Bild destaca que lo curioso del caso es que tras la declaración del agente y su posterior suspensión del cargo finalizó repentinamente la cadena de asesinatos de extranjeros, todos ellos propietarios de pequeños comercios repartidos por toda Alemania.
Asimismo comenta que el antiguo responsable del contraespionaje alemán en el estado federado de Turingia Helmut Roewer, que hoy escribe libros para la editorial ultraderechista Ares Verlag, pagó altas cantidades de dinero a varios líderes neonazis para que se convirtieran en agentes infiltrados al servicio del Estado.
Texto y foto: EFE
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