A los 90 años murió el artista Carlos Páez Vilaró

El artista murió esta madrugada de un infarto a los 90 años. El velatorio será entre las 20 y las 24 horas, y mañana entre las 7 y las 11 horas

Carlos Páez Vilaró será velado desde las 20 hasta las 24 horas en la sala Mario Benedetti de la asociación Generación de Autores del Uruguay (Agadu). El velatorio seguirá entre las 7 y las 11 de la mañana de este martes 25.

El artista será enterrado en el panteón social de Agadu del Cementerio del Norte, dijeron a Subrayado fuentes confiables.

El fallecimiento se produjo en Casapueblo, la finca de Punta Ballena que construyó a fines de la década de los 50, y que hoy es un monumento de Punta del Este.

Páez Vilaró se sintió mal y llamó al médico a las 4 d ella madrugada. Sobre la 6 volvió a llamar y cuando hablaba con el profesional murió en forma repentina.

Su hija Beba Páez declaró a Teledoce que el artista se encontraba "muy bien" y que sorpresivamente esta madrugada sobrevino el infarto del que no se pudo recuperar. "Su muerte nos cortó las alas", dijo Beba visiblemente emocionada y adelantó que Casapueblo seguirá adelante como museo, hotel y centro de actividades culturales. "Se lo prometí a papá y así será para siempre", agregó la hija del artista.

Días atrás la intendencia de Montevideo le había hecho un reconocimiento y él había donado una obra suya como parte de los premios a entregar a la comparsa ganadora de Las Llamadas montevideanas.

Asociado a todas las expresiones populares del Uruguay, Páez Vilaró fue antes que nada un aventurero. Siendo adolescente se radicó en Buenos Aires. Trabajó en una fábrica de fósforos y luego en la industria gráfica.

Ya entonces quería convertirse en un artista. Viajó por Europa, conoció Picasso y a otros grandes del mundo del arte. También se adentró en el África profunda. Allí conoció al premio Nobel Albert Schweitzer, con quien convivió en el leprosario de Lamarené. También filmó una película "Batuk", que fue distinguida en el Festival de Cannes.

La causa de la negritud lo atrapó para siempre y fue el gran motivo de su obra plástica.

Su vida tiene ribetes cinematográficos, literalmente. Fue uno de los grandes protagonistas del llamado "milagro de los Andes", el rescate de los 16 sobrevivientes del avión que cayó en la cordillera. Uno de ellos fue su hijo Carlos, integrante del equipo de rugby formado por estudiantes del Old Christians de Carrasco.

Páez viajó a Chile y fue un constante luchador en la búsqueda del avión desaparecido junto a su exesposa y madre de Carlitos, Madelón Rodríguez.  

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