Los "Cuentos de la Selva", de Horacio Quiroga, cumplen 100 años desde su publicación en 1918, en Buenos Aires.
100 años de los "Cuentos de la selva" y el día que Uruguay se perdió a Quiroga
La escritora y profesora de literatura Helena Corbellini compartió algunas anécdotas y aristas poco conocidas del popular escritor salteño, en entrevista con Subrayado.
¿Por qué Quiroga, uno de los más grandes exponentes de la literatura uruguaya, tuvo que publicar una de sus obras más sobresalientes en Argentina?
La escritora y profesora de literatura Helena Corbellini, especialista en Quiroga, compartió con Subrayado algunas de las anécdotas y aristas menos conocidas del escritor salteño, que se fue a vivir a la selva.
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Corbellini es la autora de la novela "La vida brava", que narra la vida de Quiroga desde la perspectiva de su última esposa, María Helena Bravo.
Para contar esta historia y articular los momentos de la vida del escritor e "imaginar" sus reacciones cotidianas y su subjetividad, Corbellini investigó largamente el "archivo Quiroga" de la Biblioteca Nacional, que fue el escenario perfecto de esta entrevista.
Rodeada de libros, Helena Corbellini suelta "estoy loco por hacer un poco de vida brava". La frase que Quiroga incluyó en una carta que envió a un amigo, haciendo referencia a la vida en la selva, y que le dio el título a su libro.
¿Cómo fue que un joven del 900, modernista, afrancesado, que dilapidó la herencia de su padre, terminó viviendo en la selva misionera?
Entrevista completa:
Confluyeron varios factores, según la investigación de Corbellini. Una expedición a Misiones en la que resultó "insufrible" a sus compañeros, y el impulso de Argentina para la colonización de las tierras misioneras.
El gobierno argentino había encomendado al gran poeta argentino, Leopoldo Lugones, la organización de una expedición para hacer un reconocimiento de las ruinas jesuíticas, en San Ignacio Miní.
"Lugones estaba organizando esa expedición, y Quiroga quiere ir. Él era un niño caprichoso", cuenta Corbellini, con ternura, como quien habla de un amigo. Lugones finalmente accede, y le consigue un puesto de fotógrafo. Ese fue el primer contacto de Horacio con la naturaleza salvaje. Aunque según relatan sus compañeros, su compañía no fue precisamente agradable. "Primero se pasó atacándose de asma y quejándose de todo, y de golpe hizo una transformación. Sufrió una metamorfosis Quiroga en esa expedición",
A esto se suma que el gobierno argentino había lanzado un llamado para la "colonización" de Misiones, que en ese momento era selva, y vendía parcelas a muy bajo precio. Con lo poco que quedaba de la herencia familiar, Quiroga compró una parcela.
Fruto de su vida en la selva y su pasión por los animales, nacieron los "Cuentos de mis hijos", que Quiroga publicaba en diarios y revistas de la época. Recién 1918 los reunió en un volumen y publicó "Los Cuentos de la Selva".
¿Cuántos de estos cuentos realmente le contó a sus hijos? No lo sabemos.
En contexto de una profunda depresión y una relación de pareja tormentosa, Ana María se quitó la vida cuando sus dos hijos eran pequeños. Falleció tras una larga agonía.
Quiroga se hizo cargo de Eglé, de 4 años, y Darío, de 3 años. Algo poco habitual en los hombres de su época, reflexiona Corbellini.
Es muy probable que ellos hayan sido efectivamente los primeros destinatarios de estos cuentos, que pueblan la imaginación de los niños del Río de la Plata.
Corbellini repasa la vida de Quiroga en clave del amor, que considera central en su obra.
"Él era un enamorado fatal. Él se enamoraba a fondo e iba contra todo", relató Corbellini.
Amores arrebatados, repentinos, que lo encontraban cavando un túnel en Misiones, con la intención de que la salida diera al cuarto de la adolescente de quien se había enamorado y cuya familia mantenía alejada; o seduciendo a una joven María Helena Bravo, amiga de colegio de su hija Eglé, en quien encontró posiblemente a la horma de su zapato.
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