Denunciantes de Amodio ahora señalan a Ariel Ricci, el "traidor" comunista

Ricci se dio vuelta y trabajó para inteligencia policial y naval. Intervino en detenciones e interrogatorios. Vive en Brasil y se dedica al budismo

Federico Álvarez Petraglia, abogado denunciante de Héctor Amodio Pérez , dijo que hay otros delatores que participaron en detención de civiles, y nombró en ese sentido al excomunista Ariel Ricci, un nombre poco conocido entre los uruguayos.

En declaraciones a La República, el exjuez Álvarez Petraglia mencionó que en el expediente de las 28 exguerrilleras abusadas por militares también figura el nombre de este militante comunista devenido en agente de la dictadura.

La denuncia se presentó en 2011, e involucra también a los militares Arsenio Lucero y Orosman Pereyra.

¿Quién es Ariel Horacio Ricci Cabeza? Fue estudiante del IAVA y drigente de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC), un héroe para muchos militantes de la época.

En su momento Ricci tuvo una aureola de "Che Guevara" uruguayo. Sus constantes capturas daban lugar a campañas públicas de los comunistas. El 13 de marzo de 1975 fue procesado por la jsuticia militar, en lo que se suponía era una baja importante en la lucha contra la dictadura.

Luego se supo que Ricci trabajaba para los servicios de inteligencia y que en carácter de agente había señalado a decenas de personas que fueron encarceladas y torturadas en dictadura.

Ricci nació en Montevideo en junio de 1952. Se cree que actualmente reside en Brasil, fue publicitario y ahora se dedica a la práctica del budismo. Vivió en San Pablo y en Amaraçao dos Buzios, una linda localidad turístca de Río de Janeiro.

Se le acusa de la detención de varios compañeros como Oscar Tassino, Américo "Mico" Roballo, Javier Lebner y su esposa. Hay abundantes testimonios de que Ricci participaba de allanamientos, detenciones e interrogatorios.
En el caso de Leibner, de 23 años, fue torturado. Su esposa fue violada en la Dirección Nacional de de Información e Inteligencia, según consta en Secretos del Partido Comunista del periodista Alvaro Alfonso.

Según el testimonio de Roballo, Ricci le dijo en tono justificatorio: “Mico...vas a hablar? Vos me conocés a mi...no? Yo soy el mismo de siempre. Nunca màs vuelvo a la cana. Vamos a hacer de cuenta que vos y yo no nos vimos. Vos querés abrir una zanja de sangre entre la UJC y vos?. Yo trabajo para algo màs que la policìa.”.

Algunos de estos datos son incluidos en el blog [email protected] de Camilo José Marabotto, Martínez, hijo biológico de Ricci, quien ha dedicado sus últimos años a denunciar las actividades ilegales de su padre en la "guerra sucia".

En julio 1985, cuando había sido restaurada la democracia, el entonces senador de Democracia Avanzada José Germán Araujo denunció a Ricci en el Parlamento por delitos de lesa humanidad.

Ricci logró escalar posiciones merced a su simpatía y eficacia. Trabajó en inteligencia policial, luego fue cedido a la Armada y más adelante a Naciones Unidas. Estando allí intentó desertar, pero fue descubierto y sancionado con un arresto a rigor por más de un mes.
En 1979 consigue salir del país con permiso de la inteligencia naval y desde entonces se sabe poco y nada de él.

El Partido Comunista tuvo otros delatores importantes como Álvaro Coirolo (primero militante anarquista, luego afiliado al PCU, estudiante del liceo militar) , un hombre estratégico en los planes de lucha armada del Partido Comunista nunca concretados.

Coirolo declaró al ser detenido que el PCU reunió armando -incluso más sofisticado que los tupamaros- como estrategia para no perder militantes en manos de los tupamaros. Poco después entregó el organigrama de los comunistas uruguayos.

El otro nombre calificado de "traidor" que reapareció en escena en estos días es el Jorge "Charleta" Gundelzoph, exmilitante comunista reconvertido en policía de inteligencia y más tarde ejecutivo de emprendimientos económicos de la secta Moon.

Gundelzoph fue editorialista en el diario Últimas Noticias y según la revista Caras & Caretas reside en un residencial condominio del Buceo.  Hace años que está retirado de la actividad pública.

Es que no solo Amodio Pérez "traicionó la confianza" de compañeros de grupo.

Uno de los citados por la causa, por ejemplo fue Mario Arquímedes "Tino" Píriz Budes actualmente con residencia en Rivera. Fue citado como testigo del caso de las "28 mujeres" y en primera instancia no se hizo presente en el juzgado penal de Julia Staricco.

Piríz Budes fue uno de los dirigentes más jóvenes y de más temprano ascenso dentro del MLN. Formado al lado de Raúl Sendic en la Columna del Interior, luego tuvo cargos nacionales e integró el secretariado ejecutivo de la organización.

A él se refiere Amodio como el verdadero traidor del MLN, y a quien "le ordenó los papeles" a instancias del capitán Armando Méndez.

Era una época especial en el Batallón Florida y en el cuartel del Cerro. Al mismo tiempo, mientras Amodio participaba de interrogatorios y detenciones de extupamaros, la joven oficialidad negociaba con jefes tupamaros la posiblidad de "un golpe bueno" conjunto, de estilo peruanista a partir de coincidencias políticas entre ambos bandos.

El acuerdo resulta un tanto extravagante 43 años después: los tupamaros con delitos violentos iba a ser recluidos en una estancia del norte del país, a la manera de kibutz, para armar un emprendimiento productivo. Para eso abía que expropias a la familia Silva y Rosas, conocidos terratenientes de Artigas.

La otra coincidencia se puso en práctica enseguida. Algunos de esos jefes tupamaros presos salieron y entraron de los cuarteles para participar de la detención de empresarios presuntamente corruptos. Algunos fueron interrogados y torturados en sesiones conjuntas comandadas por tupamaros y miembros de las Fuerzas Conjuntas.

Estos datos son recogidos con exactitud en el libro "MIlicos y tupas" del periodista Leonardo Haberkorn.

Algunos de esos tupamaros tienen hoy gran visibilidad: Eleuterio fernández Huidobro y Mauricio Rosencof fueron principales protagonistas de esta tregua que hizo ilusionar a los exguerrilleros con que no habría torturas a cambio de la capitulación.

El ahora procesado con prisión Hector Amodio Pérez señala en "Palabra de Amodio" que son pocos los tupamaros que no colaboraron con los militares en aquella época.

Amodio señala también a otros jefes como delatores y da nombres: Donato Marrero, Nepo Wassen Alaniz (muerto en 1984) y Rodolfo Wolf, por mencionar solo algunos nombres.

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