El “fenómeno Lacalle Pou” en las recientes internas y de cara a las elecciones de octubre comienza a articular algunas explicaciones acerca del triunfo frente al supuesto favorito, Jorge Larrañaga.
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Unos 25.000 colorados votaron a Lacalle Pou en las internas
El Partido Nacional comienza a desenredar el nudo que dejó la rivalidad entre los dos líderes mayoritarios. Larrañaga habló de un "renacimiento" personal y político
Unos 25.000 colorados, votantes de Pedro Bordaberry, sufragaron a favor del candidato dela agrupación “Todos”, informó ayer Ignacio Zuasnábar, director de Equipos Mori.
Zuanasbar habló del asunto en una charla organizada por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica, según da cuenta hoy El Observador.
Si se quitaran esos votos “bordaberristas”, la victoria de Lacalle Pou sobre Larrañaga sería del 51% contra el 48% del sector wilsonista. Según se informó en su momento, la diferencia entre un candidato y otro fue de 36.400 votos, casi todos ellos conseguidos en Montevideo y la zona metropolitana.
El politólogo dijo que en la historia de las internas el voto extrapartidario nunca jugó un rol preponderante, salvo en este caso puntual.
El Partido Nacional se apronta para afrontar este nuevo escenario. El anuncio de la fórmula Lacalle Pou-Larrañaga el jueves 12 de junio es parte de esa estrategia.
El candidato a vicepresidente ya comenzó a marcar el camino entre los adherentes de su sector. Jorge Larrañaga explicó por qué entiende que renació después de la derrota y cuál es el rol que le toca jugar en este nuevo mapa dentro del nacionalismo.
“Sepan los victoriosos que sin los perdedores no van a poder ganar”, dijo el líder de “Futuro Nacional” a un grupo de jóvenes durante un encuentro en el restaurante La Estacada de Punta Carretas. Y agregó: “Los perdedores se vuelven más importantes que los ganadores porque de ellos depende la victoria”.
El representante wilsonista explicó a sus seguidores qué fue lo que lo llevó a aceptar el desafío de acompañar a Lacalle Pou en la fórmula, especialmente luego de dar a entender que se reservaría para sí la trinchera en la cual militaría en el futuro.
Durante su discurso post-elecciones internas, Larrañaga dio a entender que subiría “por última vez” las escalinatas de la Casa de Oribe, sede del honorable directorio del Partido Nacional.
Luego explicó que, efectivamente, no tiene que volver a la casa partidaria para ser candidato a vice.
Para Larrañaga, ir a escuchar su silencio – tal como lo anunció en la noche del 1º de junio-, significó un renacimiento. “Cuando uno muere, vuelve a renacer. En todos los ámbitos de la vida sufrimos golpes pero tenemos que recomponernos y despejar las piedras del camino”.
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