Una mirada por Nueva York a diez años del 11-S
Este domingo se cumple un nuevo aniversario de la caída de las Torres Gemelas. Mirá el video de una visita por el lugar.
Mirando la Zona Cero desde el río Hudson se comprende la magnitud del golpe asestado por Al Qaeda a los Estados Unidos.
Aquellos aviones tripulados por fundamentalistas penetraron uno de los símbolos más preciados de Nueva York y se llevaron consigo más de 3.000 vidas.
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Diez años después, la ciudad ya no guarda luto. El distrito financiero no puede darse esos lujos en tiempos de turbulencia bursátil. Pero la conmemoración del 11-S ya está presente en los alrededores de lo que fue el World Trade Center.
Los vendedores ofrecen revistas y fotos de lo que fue el complejo. Y explican a los turistas qué pasó. Lo hacen frente a las tumbas de la capilla de Saint Paul que casi terminó sepultada por los escombros de las Torres Gemelas.
Frente a este pequeño cementerio, monumento histórico de los neoyorquinos, funciona un museo provisorio que recuerda el 11 de setiembre de 2001.
Allí se venden gorros, lapiceras, remeras de la Policía y los Bomberos de Nueva York, se exhiben fotos de algunos ciudadanos que estaban allí en la mañana trágica.
La TV internacional ya está en el lugar para cubrir el acontecimiento que unirá a los presidentes Bush y Obama nuevamente.
En el centro de compras Time Warner, al costado del Central Park, se exhibe una muestra de fotos titulada "Caras del 11-S" que retrata a protagonistas en las horas posteriores al episodio, y vuelve sobre sus vidas diez años después.
Familias destrozadas por la muerte del padre. Hombres que estaban fuera de servicio y corrieron a salvar a sus compatriotas Mujeres que dedicaron sus días a rescatar animales de los escombros.
Nueva York está lejos de la tristeza. Por la ciudad hay carteles en español y en inglés que invitan a hablar del tema, a no callarlo, a sentir orgullo.
En el lugar donde antes había dos torres ahora habrá seis.
En el medio, donde antes estaban las Torres Gemelas habrá una gran fuente de agua y debajo un memorial.
Millones de futuros visitantes impondrán su lógica al miedo.
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