La excanciller de Ecuador y expresidenta de la Asamblea General de la ONU María Fernanda Espinosa competirá con Luis Almagro por el puesto de secretario general de la Organización de Estados Americanos, dijo este jueves a la AFP el embajador de Antigua y Barbuda, Ronald Sanders.
"Mi gobierno y varios otros gobiernos han tomado esta decisión", dijo el diplomático que declinó referirse a cuáles. "En este momento prefiero no hablar por ellos", indicó.
El plazo para presentar las candidaturas a la elección vence el 15 de diciembre y la votación, que se llevará a cabo en marzo de 2020, se definirá por mayoría simple de 18.
Robert Silva calificó de "oportunismo" el apoyo de la exprecandidata colorada Zaida González a Orsi
Otras fuentes diplomáticas confirmaron que el nombre de Espinosa circula por los pasillos.
Sanders explicó que su apoyo se debe a que su gobierno considera que Almagro ha sido una "figura divisiva" en la organización, que tiene 35 miembros (34 en la práctica, dado que Cuba no participa).
El diplomático caribeño dijo que el trabajo de Secretario General consiste en construir consenso entre los países miembros para que la OEA pueda hablar con una sola voz.
En el foro regional, Venezuela está representada por un delegado del líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que está reconocido por más de 50 países como presidente interino por considerar que el segundo mandato de Nicolás Maduro es ilegítimo.
Almagro denuncia violaciones a los derechos humanos en Venezuela, donde según la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, hubo más de 6.900 muertes por "resistencia a la autoridad" en el último año y medio.
El diplomático uruguayo, que cuenta con apoyos como Brasil y Colombia, defiende posturas como aumentar las sanciones contra Venezuela.
"Almagro es un hombre de opiniones muy fuertes. Y parece que no puede subyugar su opinión personal por el bien de la región", indicó el diplomático de Antigua y Barbuda que reconoció el "talento" del secretario general.
Sanders destacó que Espinosa tiene la experiencia de la ONU.
"Ella intentó construir consensos entre todos los países y tenía un trabajo mucho más difícil", agregó el diplomático.
La elección de Espinosa en la ONU, que fue secreta, dividió a los países de América Latina, entre quienes la apoyaban a ella - entre ellos Venezuela- y los que secundaban a la candidata hondureña Mary Elizabeth Flores.
Un retrato duro
Una auditoría de la OEA, que detectó "irregularidades" en las elecciones bolivianas del 20 de octubre, impulsó la caída del gobierno de Evo Morales. Pero el secretario general del organismo continental, Luis Almagro, que ha exhibido una política bipolar respecto al ahora exiliado líder boliviano, ¿es héroe o villano en esta crisis? Depende a quién se le pregunte.
Tras dimitir el domingo y asilarse en México, Morales afirmó que su salida del poder tras casi 14 años se debió a un "golpe de Estado" al que "lamentablemente la OEA se ha sumado", por lo que recomendó a los nuevos políticos de América Latina cuidarse de la Organización de los Estados Americanos (OEA). "La OEA es neogolpista para mí".
En la auditoría realizada sobre el escrutinio de las elecciones del 20 de octubre, los enviados de la organización denunciaron un "cúmulo de irregularidades", por lo que desestimaron el resultado oficial que dio la reelección a Morales sin necesidad de un balotaje con el centrista Carlos Mesa.
Por ello, el nuevo gobierno boliviano elogia a Almagro: "Solo faltó que llame delincuentes" a los líderes del gobierno de Morales por "haber hecho un fraude descomunal en las elecciones", dice el ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo.
Algo similar piensa la analista boliviana Lily Peñaranda, crítica de Morales, quien asegura que Almagro fue un factor "importantísimo" en el cambio de gobierno y gracias a él Bolivia no es "una Venezuela".
"Almagro ha jugado este juego político a costa de su imagen", agrega Peñaranda, quien dirige la firma de consultoría SDSN Bolivia y es docente de la Universidad Católica Boliviana.
- "Injerencista" -
Excanciller del popular presidente uruguayo José Mujica, Almagro está enfrentado hace tiempo con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, pero si bien hubo confrontaciones con Morales, también tuvo muestras de simpatía hacia el líder indígena que levantaron dudas sobre su imparcialidad en las elecciones en el país andino.
En el pasado, Morales había criticado la actuación del secretario general de la OEA en la crisis venezolana. "Almagro está loco, solo quiere derrocar al hermano Maduro", dijo en julio de 2017, durante protestas callejeras contra el líder chavista.
A fines de ese año, Almagro cuestionó un polémico fallo del Tribunal Constitucional boliviano que avaló la candidatura de Morales a pesar de que había sido rechazada en un referendo en 2016. El mandatario indígena lo tildó de "injerencista".
Pero el secretario general de la OEA sorprendió a muchos en mayo pasado, cuando le dio un espaldarazo al gobernante boliviano al afirmar que rechazar su candidatura era "discriminatorio".
Ese mismo mes, Almagro firmó un acuerdo con La Paz para el envío de una misión de observadores a las elecciones en Bolivia. Fue este equipo el que lanzó la primera alarma el día de los comicios, cuando reveló que el conteo rápido de votos había sido paralizado sin razón.
Al momento de detenerse el recuento, cuando el escrutinio alcanzaba el 83% de las actas, los resultados provisionales apuntaban a una segunda vuelta entre Morales y Mesa.
Veinte horas más tarde, otro sistema de recuento mostró un "drástico" cambio de tendencia y terminó por darle la victoria al mandatario, lo que encendió las denuncias de "fraude" en la oposición boliviana.
Tres semanas después se conoció el lapidario informe de auditoría de la OEA, en el que se denunciaban graves irregularidades, mientras Morales enfrentaba paros y protestas en varias regiones, así como motines policiales.
Acorralado, Morales anunció nuevas elecciones, pero era tarde: las Fuerzas Armadas y la Policía le pidieron que renunciara, a lo que accedió.
- "Es un oportunista" -
En una sesión de la OEA sobre Bolivia en Washington dos días después de la renuncia del presidente indígena, Almagro declaró: "Sí, hubo un golpe de Estado en Bolivia. Ocurrió el 20 de octubre, cuando se cometió un fraude electoral que tenía como resultado el triunfo del expresidente Evo Morales en primera vuelta".
Pero esas declaraciones no lo convierten en héroe, según algunos analistas.
"Luis Almagro es un oportunista, se acomoda en busca de su conveniencia cuando hay un giro conservador", dice a la AFP el analista internacional peruano Farid Kahhat, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Almagro "no vio nada irregular cuando Evo Morales estaba en busca de la reelección". "Tampoco cuestionó la reelección de Evo Morales y ahora no ve nada raro en lo que pasó (después), cuando el cuestionamiento militar (exigiendo la renuncia de Morales) fue inconstitucional", indica Kahhat.
El analista político boliviano y doctor en derecho Carlos Borth opina que Almagro no es héroe, pero tampoco villano.
"Ha actuado políticamente, ha jugado en el continente, mitad con sus convicciones, mitad con sus objetivos políticos mediatos e inmediatos -como su reelección en el cargo (dentro de unos meses)-, pero no le ha ido bien", señala Borth.
Las opiniones de Almagro sobre las elecciones en Bolivia, considera el analista, incidirán en algunos países "que ya no van a creer en la idea de golpe de Estado", como denuncia Morales.
FUENTE: AFP
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