El nuevo dueño de la chacra de Los Cerrillos y varios policías están entre los ocho indagados por el asesinato del ciudadano alemán Arno Wollensak, radicado en Uruguay desde 2007 y cuyo cadáver apareció en La Floresta semanas atrás.
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Juez liberó a todos los indagados por el asesinato del gurú Arno Wollensak
Entre ellos había policías y el nuevo dueño de la chacra. La hipótesis principal es que la víctima nunca se fue de Los Cerrillos. La ruta del dinero.
Wollensak estaba prófugo por los abusos sexuales y el acoso moral que causó a algunos de sus más de sus 40 seguidores en la secta "oasis de Luz" que fue disuelta a principios de la década de 2000.
Había llegado a Uruguay para "enterrarse" de esa busqueda policial. Llegó con su esposa Julie Ravel, la suiza Úrsula Frei y una mujer qe también integraba la secta y oficiaba como empleada doméstica en la chacra.
Hay dos momentos claves de la estadía de Wollensak en Uruguay que se investigan con extremo ciudado: la venta de su chacra poco antes de aparecer muerto y su estadía en el Penal de Libertad durante algunos meses de 2015.
El gurú y Ravel fueron procesados el año pasado por contar con documentación falsa bajo los nombres Mark Neumann y Angelina Thaler). las otras dos mujeres tenían los documentos en regla, por lo quedaron libres.
La mujer búlgara -que decía llamarse Anna- dejó el país en ese momento, no así Frei.
Tantp Wollensak como su pareja fueron liberados a los cuatro meses pero se cree que el alemán era extorsionado por policías que conocían su pasado.
El delito cometido en Europa había prescripto por lo que la jueza Ana De los Santos se negó a extraditarlo.
Sin embargo, las autoridades carcelarias decidieron castigarlo a su manera.
Una vez procesado fue enviado a un sector de reclusos de alta peligrosidad del Penal de Libertad llamado La Roca, un escenario radical para alguien que estaba acusado de poseer documentación apócrifa.
La extorsión habría comenzado a producirse después de su estadia en prisión y fue el principal detonante para apurar la venta de su propiedad.
Además, la justicia había congelado sus cuentas bancarias. Al no tener otros ingresos, el hombre había comenzado a desfinanciarse.
Aparte de Los Cerrillos, Wollensak había comprado dos campos en el departamento de Lavalleja, entre otros negocios.
El problema es que no podía hacer las transacciones de venta en forma legal al haberlas adquirido con documentación falsa.
Por eso entre los detenidos hay dos profesionales que intervinieron en las negociaciones.
La casa y el terreno de 6 hectáreas habían sido adquiridos en 450.000 dólares a través de una empresa. Ocho años después, el predio estaba cotizado al doble del dinero que invirtió.
El 10 de agosto, Wollensak firmó el boleto de reserva con un particular, que pagó 40.000 dólares de seña. Actualmente ocupa la propiedad con su familia.
Por este hombre se sabe que, tras la firma de la reserva, el alemán planeaba viajar a Brasil con las dos mujeres y esperaba volver unos días después para cobrar el resto del dinero.
Muchos vecinos de Los Cerrillos atestiguan que vieron irse a Wollensak en su coche Mercedes Benz a mediados del mes de agosto.
Pero el domingo 28 su cuerpo fue hallado en la costa de Canelones.
Fue una sorpresa para muchos vecinos de Los Cerrillos, que no conocían su pasado y veían en el alemán a un hombre acaudalado, agradable y culto.
Los asesinos lo mataron al mejor estilo del sicariato: dejaron el cadáver prolijamente encintado, envuelto en bolsa de nylon con señales de haber sido maniatado y torturado.
La justicia no tiene claro cuál ha sido el móvil del asesinato, pero sigue la pista del dinero.
Se cree que pudo haber sido asesinado en Los Cerrillos y trsladado en un barco por el río Santa Lucía hasta ser arrojado en el Río de la Plata. La sudestada de esos días lo depositó en las arenas de La Floresta.
La Policía busca todavía a las dos mujeres que lo acompañaban. Tampoco apareció nunca la Mercedes Benz -de 100.000 dolares- con la que se trasladaba la victima.
Los investigadores no encuentran otra camioneta de origen chino doble cabina y dos tractores que habían quedado en un galpón Los Cerrillos.
La sospechas pusieron la mira en la localidad en donde Wollensak tenpia cordiales pero distantes relaciones.
En ese sentido, la Policía indagó también al casero y a un vecino de origen suizo .
Hasta ahora no hay información que incrimine a nadie. Todos quedaron liberados, en condición de emplazados, informó el juez Marcos Seijas.
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