SINIESTRO FATAL EN MARZO EN RUTA 8

Informe de Accidentología concluyó que vuelco de ómnibus que dejó cuatro muertos se atribuyó "al factor humano"

"En la ocasión se el atribuye al accionar del conductor, el que pierde el dominio del rodado desencadenándose el hecho en cuestión", afirma la pericia.

El informe del Laboratorio de Accidentología Vial y Laboral de Policía Científica concluyó que "la causa eficiente" del siniestro de tránsito del ómnibus de Núñez, que volcó en la madrugada del 1º de marzo y dejó cuatro muertos y 30 heridos en ruta 8 en Lavalleja, "se debe al denominado al factor humano, en la ocasión se el atribuye al accionar del conductor, el que pierde el dominio del rodado desencadenándose el hecho en cuestión".

El siniestro ocurrió a las 4:05 de la mañana cuando el ómnibus circulaba por ruta 8 hacia el noreste. Al llegar próximo al kilómetro 226, por motivos que al momento se desconocen, el chofer perdió el dominio, circuló con los neumáticos derechos sobre la vegetación, abandonó parcialmente la calzada, volvió a la senda de circulación e impactó contra un terraplén de la faja vegetal en el lado opuesto de la vía y volcó.

El perito analizó el estado de la ruta 8 en ese punto con un diseño recto y pendiente ascendente de 0,14 metros, medida en diez metros para los vehículos que circulan hacia el noreste, como lo hacía el ómnibus. En ese lugar, la calzada no tenía baches y/o imperfecciones que pudieran ser causantes directas del siniestro ni elementos que obstaculizaran la visual del chofer.

Respecto a los indicios y evidencias del siniestro, quedó impresa en el pavimento la marca de la doble huella de frenada de los neumáticos posteriores del lado izquierdo sobre la senda de circulación hacia el noreste próxima a la línea blanca que delimita la calzada, ya que los del lado derecho rodaban sobre la vegetación lateral.

También se visualizaron primeros las marcas de fricción dejadas por el sistema de amortiguación sobre el borde externo de la banquina al realizar el viraje hacia la izquierda para intentar retornar a la calzada, así como las marcas en la vegetación dejadas por los neumáticos en la misma maniobra. Inmediatamente, se observaron arañazos más pronunciados por el ascenso del eje posterior derecho del ómnibus a la vía y el comienzo de la pérdida de la verticalidad hacia el lateral derecho.

A continuación, la cabina, ubicada en la parte inferior del ómnibus, impactó contra un talud, lo que provocó una drástica reducción de la velocidad, una mínima elevación del eje posterior y un giro hacia la derecha. En ese momento, el vehículo perdió por completo su verticalidad.

Tras el impacto, la cabina del chofer sufrió daños totales. El chofer, Eduardo Cuitiño, de 57 años y oriundo de Canelones, murió en el acto.

La pericia verificó que los neumáticos del eje delantero presentaban desgaste desproporcionado por la falta de alineación de las ruedas del tren delantero. En cuanto al ómnibus, "se hallaba en buenas condiciones de circulación" respecto de los "sistemas de frenos, luces, amortiguación, dirección y neumáticos…".

Con respecto a la velocidad, tras analizar el disco gráfico del tacógrafo digital del bus, se verificó que el ómnibus, momentos previos al impacto con el talud, circulaba a 90 km/h y que tras el choque, descendió la velocidad de forma brusca a unos 52 a 53 km/h.

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