Gobierno uruguayo rechaza el golpe de Estado en Egipto

Cancillería comunicó el rechazo a “la ruptura del orden institucional” en aquel país. Este jueves, Adli Mansur asumió como presidente interino tras caída de Mursi.

 

El Ministerio de Relaciones Exteriores comunicó este jueves que el gobierno “rechaza la ruptura del orden institucional acaecida en Egipto en el día de ayer, que provocó la caída del presidente del país, electo a través de elecciones libres y democráticas celebradas en los meses de mayo y junio de 2012, así como la suspensión de la Constitución y la disolución del Senado”.

El comunicado publicado en la página web de Presidencia de la República agrega: “el gobierno del Uruguay expresa su más firme anhelo de que esta situación tenga carácter transitorio y que al más breve plazo puedan restablecerse el orden democrático y el estado de derecho en el país”, como garantías indispensables para el pleno respeto de los derechos y las libertades fundamentales del pueblo egipcio. 

PRESIDENTE INTERINO TRAS GOLPE. Los egipcios despertaron este jueves con nuevo presidente. Apenas 24 horas después del derrocamiento por parte de los militares del islamista Mohamed Mursi, su sucesor tomó posesión del cargo.

El que fuera presidente del Tribunal Constitucional Adli Mansur juró como presidente interino del país. La Jefatura de Estado entonces queda en manos de un magistrado de 67 años.

Mansur participó en la redacción de la ley que supervisó las elecciones presidenciales de 2012, en las que venció Mohamed Mursi. Es graduado de la escuela de Derecho en 1967 y además trabajó en el Consejo de Estado de Egipto.

"La revolución del 30 de junio ha corregido la revolución del 25 de enero de 2011 (que derrocó a Hosni Mubarak)", dijo Mansur, para quien el pasado domingo los millones de egipcios que pidieron la renuncia de Mursi lograron "reunificar el pueblo sin divisiones".

Mansur es el nuevo mandatario que deberá convocar y supervisar elecciones presidenciales durante un periodo interino, y podrá hacer declaraciones constitucionales y designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas.

Por su parte, la Fiscalía egipcia ordenó la detención de los máximos líderes de los Hermanos Musulmanes, acusados de instigar el asesinato de manifestantes que protestaban contra el depuesto Mursi. En la noche y la madrugada del miércoles fallecieron 10 personas en Egipto por enfrentamientos entre partidarios y detractores de hasta ayer presidente.

Contra el depuesto presidente -que permanece detenido- pesa un orden judicial emitida este jueves que prohíbe su salida del país. El islamista está siendo investigado por las acusaciones de haber insultado al Poder Judicial junto a otros ocho dirigentes de la Hermandad a través de los medios de comunicación.

Se espera que, a partir del próximo lunes, un juez designado por el Ministerio de Justicia interrogue a Mursi por su discurso a la nación del pasado 26 de junio, cuando denunció a varios jueces por supuestamente haber participado en fraudes electorales en la era de Mubarak.

Los militares están acelerando la formación de un gobierno de unidad nacional, siguiendo la hoja de ruta pactada con oposición y líderes religiosos. Según fuentes militares, políticas y diplomáticas, todas las miradas están puestas en el premio Nobel de la paz Mohamed el Baradei, que a sus 71 años podría transformarse en primer ministro.

Por su parte, los Hermanos Musulmanes rechazaron "el golpe de Estado contra el presidente elegido y la voluntad del pueblo", y se negaron a participar en ningún trato con las nuevas autoridades.

"Rechazamos las prácticas represivas del Estado policial, como los asesinatos, las detenciones y la restricciones a la libertad de los medios de comunicación", agregaron, en alusión a los últimos cierres de televisiones islámicas y detenciones de sus responsables.

También pidieron a los manifestantes que protesten de forma pacífica y criticaron cualquier tipo de violencia.

En general, las calles del país recobraron la tranquilidad. En la plaza cairota de Tahrir, una multitud de personas continuó festejando la salida del poder de Mursi, jaleando a los aviones militares que sobrevolaban la zona con banderas egipcias y dibujando sus colores con la estela.

Esa euforia se trasladó a la Bolsa egipcia, cuyas operaciones tuvieron que ser suspendidas temporalmente al superar el máximo de ganancias permitidas en una sola hora, con unos 2.850 millones de dólares.

En el plano internacional, Turquía y Túnez fueron de los pocos países en condenar el golpe de Estado, frente a las felicitaciones de los estados árabes al pueblo egipcio o los llamamientos de Occidente a respetar los derechos de Mursi.

FOTO: Adli Mansur, presidente interino de Egipto. Agencia EFE

Dejá tu comentario