El fiscal de menores Gustavo Zubia denunció que existe en el país un grupo de infractores que son "profesionales del delito", "no roban para comer" y que contrata abogados penalistas particulares cada vez que son detenidos.
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Fiscal de menores señala que infractores funcionan como empresas
Gustavo Zubía contó que la nueva generación se siente "profesional del delito", usa ropas caras y contrata penalistas privados. Todo a cambio de 6 meses de internación
Utilizan ropa de marca y funcionan en pool como si fueran una PYME (pequeña y mediana empresa), dijo hoy Zubía a Búsqueda.
Un adolescente le contó a Zubía que sacó 600 pesos de la asignación familiar de su madre, se "asoció" con otro menor infractor y juntos fueron a comprar un arma a una feria vecinal con el objetivo de salir a robar. "Funcionan como una pequeña empresa", comentó.
El fiscal dijo que hay dos tipos de adolescentes: lo que delinquen por primera vez y aquellos que han hecho del delito su profesión.
"Estos últimos, los profesionales, hablan en términos comerciales de ganar y perder. Con este tipo de jóvenes, el romanticismo y la implementación de medios educativos o de razonamiento para que abandonen el delito es ilusoria; ya han hecho del delito su modo de vida. Ellos mismos dicen que robar es su trabajo. Conozco el caso de un menor copador que al irse de la vivienda les dijo a la mujer y a su marido: 'Se portaron muy bien, les agradezco porque este es mi trabajo'", contó Zubía.
Según el representante del ministerio público, los adolescentes al "profesionalizarse" buscan golpes que puedan reportar ganancias interesantes. Puso como ejemplo supermercados, o locales de Abitab donde hay "miles de dólares".
Zubía dijo que ninguno de esos adolescentes "tiene menos de 5.000 pesos" en vestimenta cuando se presentan en un juzgado.
"Cuando un adolescente maneja esas cifras después es muy tratarlo en forma racional o en forma emocional para proponerle el regreso a una vida normal. Entonces, en la ecuación que estamos viendo de costo-beneficio, el beneficio es muy alto y el costo muy bajo. O sea, para ellos es negocio rapiñar", agregó Zubía.
Entre los costos, el fiscal señala que para los menores infractores está el riesgo de vida. "Se sienten inmortales", dijo, pese a que cada vez más comerciantes se arman.
La pérdida de libertad es también "un riesgo escaso", dijo el fiscal.
Zubía contó que si el delincuente es primario tiene "altísimas probabilidades" de ser procesado sin internación". En caso de ser reincidente, el "costo habitual" se ubica entre los cinco o seis meses de internación en INAU.
"O sea un adolescente se puede hacer de un botín de miles de dólares a cambio de unos meses de internación", agregó.
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