Proceso de cambio en la izquierda

El presidente del Frente Amplio Javier Miranda admite que no tuvo "capacidad" de "generar liderazgo"

Tras 5 años en el cargo se prepara para la sucesión y da cuenta de su desilusión por la "falta de apoyo".

“La presidencia del Frente Amplio debería ser un espacio de liderazgo; yo no tuve la capacidad de lograr eso”

La afirmación de Javier Miranda en entrevista con La Diaria es parte de una autocrítica que realiza el dirigente cuando se cumplen 5 años de su asunción en el cargo.

Pronto dejará el cargo a otro dirigente en un momento en que el FA está en un complejo proceso histórico: dejó el poder tras 15 años y su líderes históricos están en camino al retiro (Astori, Mujica) o fallecieron (Tabaré Vázquez).

Tras varios cambios de planes respecto a las elecciones para elegir a la nueva dirigencia, el FA llamó a Plenario Nacional el 27 de febrero, se realizará el Congreso el 26, 27 y 28 de marzo, las elecciones se desarrollarán el 23 de mayo y la asunción de las nuevas autoridades tendrán lugar el 1° de junio. Uno de los posibles sucesores es el exintendente Marcos Carámbula.

¿En qué falló?, le preguntan. En ese marco, Miranda señala no ser un líder, algo que se necesita en el cargo.

"(...) No lo soy, porque no tengo esa capacidad de generar ese movimiento detrás, más allá de si tengo las condiciones o no tengo las condiciones. Ahí hay que pelear siempre contra la vanidad; la humildad es un valor que siempre voy a defender. Es un hecho objetivo que yo no expreso a todo el FA ni lo que el FA querría escuchar".

Reconoce que le hubiera gustado que las cosas fueran distintas.

"Obviamente, pero no por vanidad, sino porque creo que es bueno para la fuerza política que efectivamente haya liderazgos, y creo que la Presidencia debería ser un espacio de liderazgo; yo no tuve la capacidad de lograr eso".

Y agrega: "Uno de los problemas que tiene el FA hoy es quién expresa su voz, quién se dirige a la opinión pública y es reconocido como la expresión [del partido]. Hay una representación que es institucional, que es la Presidencia del FA y la Mesa Política, que son voces institucionales. Pero eso no quiere decir que sean líderes".

El dirigente es hijo del escribano Fernando Miranda Pérez, miembro del Partido Comunista, una de las víctimas más emblemáticas de la dictadura militar. En 2016, como independiente dentro de la coalición, apareció su postulación a la presidencia del FA.

En ese sentido, recuerda: "Hay gente que no estaba de acuerdo, de ninguna manera, con mi presidencia, no me votó en julio de 2016, pero tampoco compartió las opciones que se fueron tomando y que pensaba que lo mejor era que no estuviera más, y trabajó para eso. Eso sucede y es parte de la lógica del ejercicio del poder."

"Son casi cinco años; en todo ese período han pasado montones de cosas, hay claros y oscuros. Hay momentos en que yo creo que se transformó y algún momento en que no –cometí errores personales, los hubo del equipo de conducción–, y hay momentos en que creo que anduvimos muy bien", evalúa.

En los últimos meses, con un FA en crisis, Miranda ha sido objeto de críticas por parte de dirigentes de primera línea.

Por ejemplo, Lucía Topolansky dijo que hubiera preferido otro tipo de conducción.

"Sé que piensa eso", respondió Miranda. "Esta fue la conducción que decidió democráticamente el FA en setiembre de 2016, y están las instancias que el propio FA construye para renovar las conducciones. La otra pregunta es: ¿ayudan al FA estas expresiones a través de los medios de comunicación?"

Desde hace mucho tiempo MIranda siente que falta "mayor nivel de compromiso e involucramiento, no sólo con el presidente sino con el equipo de conducción del FA".

En algunos casos, el desafío ha ido un más lejos. Recordó que en una publicación del 5 de febrero del año pasado, cuando estábamos mientras se celebraban los 49 años del Frente se publicó información sobre su sueldo.

Dijo que se sintió "brutalmente desilusionado y con mucha rabia".

"Era notorio que había actores que salían públicamente a erosionar ya no a Javier Miranda, sino a la presidencia del FA. Yo siempre reivindico que este no es un tema de Javier Miranda. Javier Miranda es un buen tipo, ya está. Será mejor político, peor político o regular político", argumentó.

Consciente de la falta de apoyo, Miranda recurrió al exsenador Rafael Michelini como secretario político.

"La Secretaría Política es un cargo fundamental en la construcción orgánica del FA. Si uno ve todo el proceso desde setiembre de 2016 hasta hoy, ve que allí tuvimos una gran debilidad, y eso depende de los apoyos sectoriales, o sea, de la disposición que tengan los actores que integran la estructura orgánica del FA de aportar los mejores cuadros para ese cargo. Hoy tengo un secretario político de enorme empuje, en quien tengo enorme confianza. Yo fui el que le pedí a Rafael Michelini que me acompañara en este final del proceso. Esto no desmerece a nadie que haya ocupado la Secretaría Política, con quienes tengo el mejor vínculo".

Respecto a los futuros liderazgos del FA, Miranda cree que no están dadas aun las condiciones para que se confirmen. Pero dice que no le asusta el hecho, que es productos de "circunstancias históricas" que se van dando en los hechos.

"¿Ya está maduro el proceso para que nazcan los nuevos liderazgos? Yo creo que no. ¿Hay factores que condicionan la emergencia de nuevos liderazgos? Sí, por supuesto. Porque está en disputa entre los actores también quién o quiénes van a liderar los distintos espacios. Es un proceso que se tiene que dar y no me asusta"

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