Casi toda Italia entró en cuarentena por el alto nivel de riesgo de una pandemia incontrolable. Nada mejor que un director de cine para una campaña que intenta convencer a los indecisos e inseguros a vacunarse. El ganador del Oscar Giuseppe Tornatore, con más de una docena de films, un gran referente del cine italiano, que con cada película ha conseguido la proeza de exportar el cine europeo al mundo, brindará su apoyo al gobierno italiano.
El cineasta Giuseppe Tornatore realiza cortos dirigidos a los inseguros en vacunarse
El ganador del Oscar por "Cinema Paradiso" ayuda al gobierno italiano con una serie de clips, en un país con alto riesgo de Covid-19.
El cineasta logró el Oscar en 1988 con "Cinema Paradiso", una obra que es una declaración de amor al cine. Una película nostálgica en tiempos de la posguerra, con un niño fascinado con las películas, y un veterano proyeccionista que le enseña desde la cabina el funcionamiento y trabajo de un operador. El niño crece y se convierte en el nuevo proyeccionista. Abandonará el pueblo para seguir como cineasta, y 30 años después volverá a la ciudad, a la muerte de su gran amigo. Verá los rostros de los vecinos, ya que la sala Cinema Paradiso va a ser demolida para dar paso a un estacionamiento.
Fue tal el éxito del film que hoy ese pequeño pueblo, llamado Palacio Adriano, es visitado por turistas para recorrer los lugares de rodaje. Se creó inclusive un museo con material que recuerda la visita de su director y actores durante el año 1987.
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Giuseppe Tornatore ha realizado ahora varios cortos para una campaña que intenta convencer a los inseguros a vacunarse en Italia. El primer corto muestra a una anciana y su hija, divididas por una cortina de plástico transparente. Muestra como cambió la vida desde el comienzo de la pandemia.
Desde el 27 de diciembre Italia ya ha vacunado a más de un millón doscientas mil personas.
El film “Cinema Paradiso” fue una obra nostálgica que recuerda las viejas salas de barrio. Hoy se cruzan estas imágenes con una realidad de salas cerradas y sin la fascinación de la pantalla grande.
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