Demócratas sueñan con rebelión anti Trump en el Colegio Electoral de EE.UU.

Las posibilidades de éxito son escasas, ya que 37 de los grandes electores tendría que negarse a votar al magnate para que no sea designado presidente

El Colegio Electoral, una institución cuestionada, se prepara para sellar la victoria de Donald Trump, mientras los anti Trump sueñan con una poco probable rebelión a la hora de la votación.

Si bien sus posibilidades de éxito son escasas, los demócratas que se resisten a la llegada del magnate inmobiliario a la Casa Blanca y se aferran a la ilusión de que este lunes el Colegio Electoral se rebele contra el republicano.

Trump no fue electo directamente por los 136 millones de estadounidenses que votaron el 8 de noviembre sino por 306 de los 538 grandes electores.

Habitualmente, el voto de estos legisladores o militantes locales en su gran mayoría desconocidos por la opinión pública, pasa prácticamente desapercibido y no es más que una formalidad.

En esta ocasión, sin embargo, la personalidad de Trump, el tono extremadamente agresivo de la campaña y el hecho de que la candidata demócrata Hillary Clinton haya claramente superado a su rival republicano (por una diferencia de más de 2,5 millones de votos, según un recuento aún provisorio) dieron al pronunciamiento del colegio un relieve particular.

Para lograr su objetivo, los anti Trump deben convencer al menos a 37 grandes electores del Grand Old Party, como se denomina al Partido Republicano. Pero nada indica que lo vayan a lograr.

Hasta ahora, apenas uno, el texano Christopher Suprun, anunció públicamente que responderá positivamente al llamado a la rebelión.

En el improbable caso de que el texano sea imitado por otros 36 grandes electores, sería la Cámara de Diputados la encargada de designar al sucesor de Barack Obama. Se trataría sin duda de un terremoto político, pero como los republicanos son también mayoritarios en esa cámara, Trump tiene casi asegurada su victoria final.

El Congreso anunciará de todas formas el nombre del presidente electo el 6 de enero tras el recuento oficial de los votos. Los estados disponen hasta el 28 de diciembre para enviar el resultado de la votación al Congreso.

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