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Puente sobre Laguna Garzón, última misión de la ministra Muslera
Esta tarde, a las 18 horas, el arquitecto Rafael Vignoly presenta un proyecto que tiene dividido al gobierno. Poderosos intereses en el metro cuadrado más caro del país.
Esta tarde tendrá lugar la que será una de las últimas gestiones de la saliente ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Graciela Muslera.
A las 18.30 horas recibirá al arquitecto Rafael Viñoly, quien presentará oficialmente el controvertido proyecto del puente sobre la Laguna Garzón, en la unión de Maldonado y Rocha.
La reunión será en el Ministerio del Transporte y Obras Públicas. El titular de esa secretaría de Estado, Enrique Pintado, también será parte del encuentro. El ministro y los intendentes de Rocha y Maldonado (Artigas Barrios y Oscar Joe de los Santos, respectivamente) aprueban el proyecto, mientras que Muslera y su director de Medio Ambiente se han pronunciado en contra.
Laguna Garzón es uno de los temas más delicados que ha tenido la gestión de la ministra saliente.
Semanas atrás, Muslera concurrió a la comisión de Medio Ambiente del Senado y corroboró que el proyecto no está aprobado. En febrero, el secretario de la Presidencia Alberto Breccia -tras un Consejo de Ministros- había sostenido que ya tenía el visto bueno para su ejecución.
Para Muslera resultaba difícil aprobar un puente que ni siquiera estaba diseñado. Esos planos recién serán prestados este miércoles.
El asunto es que Muslera dejará el ministerio a fines de esta semana y el trámite continuará en manos del ministro sucesor, el arquitecto Francisco Beltrame, presidente de MEVIR. En la aprobación del puente es vital el informe de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, a cargo de Jorge Rucks.
Versiones no confirmadas señalan que el técnico renunciaría a su cargo en las próximas horas.
Rucks no es favorable al emprendimiento. "No quiero pasar a la historia como el director que aprobó el puente sobre la Laguna Garzón", habría advertido el jerarca a comienzos de año según publicó el diario El País.
En octubre de 2011, Rucks -adherente al MPP- había entregado a Muslera un primer fallo negativo y había discutido su posición con el prosecretario de la presidencia, Diego Cánepa.
Mujica pidió opinión a un asesor personal, Hugo Eguía, sobre las demoras en la aprobación del proyecto. Según se supo, atribuyó intencionalidades a la medida y cuestionaba a Daniel Collazo, director de la división de Evaluación de Impacto Ambiental.
En enero de 2012, Rucks hizo circular una carta donde respondía a las "expresiones injuriosas" del asesor del presidente.
En febrero de 2012, Mujica hizo una fuerte defensa de la apuesta al "desarrollo" local. En su audición de radio, dijo que no cedería ante "ningún capitalista". Mirá lo que dijo Mujica y la nota de Subrayado acá.
UN FILÁNTROPO. El puente sobre Laguna Garzón es un proyecto estratégico del gobierno, que despierta fuertes controversias. Detrás de su construcción hay poderosos intereses económicos, como el del empresario argentino, Eduardo Constantini.
Este coleccionista de arte y filántropo es dueño del fraccionamiento Las Garzas, cuyo futuro depende de que el proyecto se haga y pueda unir los múltiples planes inmobiliarios con el lujoso balneario José Ignacio situado en la otra costa de la laguna. Se trata de 274 hectáreas que adquirió en 2007 por 30 millones de dólares.
Desde entonces, Constantini estuvo resuelto a llevar a cabo el puente a través de una empresa constructora de su propiedad. En 2008 firmó un convenio tentativo con las intendencias de Rocha y Maldonado, el cual estaba de antemano sujeto a aprobaciones de las autoridades nacionales.
El primer fallo de la Dirección Nacional de Medio Ambiente lo catalogó en el nivel C, es decir de los más peligrosos para el hábitat circundante. Actualmente, unos 30.000 autos al año cruzan en balsa la laguna Garzón.
El costo del proyecto es de unos 2,5 millones de dólares. El hecho de que el proyectista sea el arquitecto Rafael Viñoly -autor del nuevo aeropuerto de Carrasco-, una verdadera celebridad mundial, le da un fuerte respaldo técnico al puente que deberá tener 180 metros de longitud.
Sin embargo, los opositores al plan -que adquieren viviendas a 800 dólares por metro cuadrado- le pasaron factura al arquitecto por unas manifestaciones hechas meses atrás contra la misma iniciativa que ahora lidera.
En una carta escrita en julio de 2011 y publicada por El País y el semanario Voces, el arquitecto Viñoly afirmaba que hacer la obra sería un “error de enormes consecuencias ecológicas, económicas y culturales". Si querés ver la carta completa podés leerla aquí.
El proyectista fue contundente sobre esas consecuencias: “No hace falta más que visitar los desarrollos costeros en otras partes del mundo (los originales y sus peores imitaciones más recientes) que han seguido una estrategia de planeamiento guiada por la mera especulación inmobiliaria, sin una visión del futuro global del territorio nacional”.
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