El perro que capturó a Osama es todo un agente 007

Estas supermascotas de los Navy Seal saltan en paracaídas y reciben órdenes remotas, De los 2.800 perros militares de EE.UU, estos son una exclusiva minoría

Salta en paracaídas desde los aviones militares. Actúa enfundado en una armadura resistente al agua que hace las funciones de un chaleco de balas. Lleva una cámara de infrarrojos sobre su cabeza que transmite la señal a los militares y también lleva pinganillos en sus orejas para que le puedan dar órdenes a distancia, como muestra un reportaje de la cadena estadounidense ABC.

No es un soldado al uso. Es el perro de los Navy SEAL. Es un perro de entrenado para atacar si se lo ordenan. No es más que una de sus funciones básicas como “perro de patrulla”, según se explica en la web de la base aérea de Lackland (San Antonio), que presume de tener una de las academias para el entrenamiento militar de los perros más grandes del mundo.

Los militares de élite de los Navy SEAL que intervinieron en la operación que el 1 de mayo acabó con la vida de Osama Bin Laden en Abotabad (Pakistán) no estaban solos. Les acompañaba un perro militar de élite, según los medios estadounidenses. Pudo olisquear la zona en busca de explosivos, alguna persona escondida o un objeto. También pudo haber atrapado a alguno de los presentes que intentaran huir, siguiendo las órdenes de un soldado.

Quizá fuera un pastor belga malinois, pastor alemán o un golden retriever. Éstas son las razas que prefiere la principal academia de perros militares de EEUU. Hoy hay cientos de perros militares trabajando en Afganistán, según la publicación Army Times. Y otros tantos estaban en Irak antes de que EEUU comenzara a replegar a sus tropas de allí.

“Si no conoces a tu perro, si no confías en él, no sólo puedes perder tu vida sino las vidas de la gente a tu alrededor”, indica a la ABC el sargento Russel Minto, uno de los entrenadores de los 2.800 perros militares de los que unos pocos pasan al grupo de élite. “Es tu mejor amigo, es tu compañero”, asegura.

 Incluso hubo una época en la que al parecer reemplazaban los dientes que se les rompían durante las operaciones militares a estos canes con piezas de titanio. Ahora se reconstruyen, como los de Arek, que perdió cuatro dientes por un explosivo en Irak.

 Lo que no se sabe es ni cuántos son, ni qué tareas concretas les encomiendan ni sus nombres. El secretismo que envuelve a estos verdaderos súper perros es el mismo que rige todo lo relacionado con el trabajo de los Navy SEAL. Por algo forman parte de un comando de élite.

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