Xenofobia y drogas, problemas de la Universidad de Foz do Iguaçu

Los 60 uruguayos que estudian en esta institución enfrentan a diario el rechazo de la sociedad. Policía hizo detenciones por venta de drogas. Denuncias de agresiones.

 

Al igual que Martina Piazza, otros 60 uruguayos estudian en la Universidad Federal de Integración Latinoamericana en Foz do Iguaçu. En el año 2010, cuando ese centro se inauguraba, se celebró un convenio con la Universidad de la República para enviar estudiantes a esa ciudad, ubicada en medio de la triple frontera.

Subrayado habló con uno de los uruguayos que optó por hacer allí sus estudios de Relaciones Internacionales. Se vio atraído por la posibilidad de “una beca para estudiar en el exterior que brindaba una cobertura total para alimentación, alojamiento y transporte”.

Pero esa realidad maravillosa se cayó a pedazos tiempo después. “Nos vendieron una realidad que cambió porque a medida que iban llegando estudiantes de toda América Latina, la universidad no podía solventar lo que había prometido”.

“Llegamos a una especie de hotel que compró la universidad donde se iban quedar los estudiantes, y la alimentación que se daba era administrada por una empresa contratada por la Universidad”. Ahora, reciben una especie de tickets alimentación “por un valor que no pasa a cubrir nada”, señaló el estudiante.

Además los estudiantes se quejan de que pese a que existe un convenio con la Udelar, “la revalida de títulos es algo prácticamente imposible”.

RECHAZADOS POR HIPPIES Y DROGADOS. El consumo y la venta de drogas dentro de la universidad es frecuente. "La mayoría llega apenas termina el liceo y se encuentra con una realidad de libertad”.

“La droga se ve adentro, en la puerta, en todos lados. Ha habido problemas con la policía y se han llevado gente de la puerta”, contó el estudiante de Unila que conoce al menos dos pares uruguayos que pasaron malos momentos tras consumir sustancias alucinógenas.

“Pasó el caso de un uruguayo que se volvió loco. Lo tuvieron que traer para Uruguay porque estaba mal. No fue la primera persona que quedó así. Otra compañera, antes de salir de vacaciones a mediados de febrero, le pasó algo similar. La madre la había ido a buscar”.

Además, “la ciudad rechaza a los estudiantes de la universidad porque los califica de hippies y drogados” y a ese pre concepto se tienen que enfrentar al momento de ir al supermercado, a un restaurante o para alquilar un apartamento.

“Cuando uno va a alquilar y se presenta como estudiante, es distinto el trato que te dan. O directamente te dicen que no alquilan a estudiantes de la Universidad”, contó el joven que hace poco tiempo fue agredido en un restaurante y su caso fue denunciado por la propia casa de estudios. 

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